El tango en una novela musical

Novela. "Errante en la sombra", de Federico Andahazi. Alfaguara, Buenos Aires, 2004.

Carlos Roberto Morán / La Capital

La nueva novela de Federico Andahazi (1963) es una suerte de guión de película musical tanguera, trabajada con todos los elementos prototípicos del género y ubicada en una mitificada Buenos Aires de los '30 del siglo pasado, con sus escenarios característicos y la inefable, infaltable, presencia de Carlos Gardel.

Andahazi, quien ha llegado a su sexto libro de ficción (cinco novelas y uno de relatos), suele recibir rechazos en cierto mundillo literario por no ser considerado "escritor".El se ha encargado de aclarar al respecto que si bien no es Borges tampoco es Coelho, vale decir que se trata de un autor que tiene conciencia de limitaciones pero también de sus habilidades literarias, que despliega en grado sumo en "Errante en la sombra", un libro sin exceso de pretensiones y que permite la rápida y cómplice lectura.

Con ecos del primer Manuel Puig, aunque sin sus complejidades sintácticas y temáticas, Andahazi narra las aventuras y especialmente las desventuras de Juan Molina quien por una serie de circunstancias se ve obligado a vivir a la "sombra" de Gardel y a no asumirse como lo que es: un cantor nato y excepcional.

Para peor, en esta historia en la que todo resulta para Juan un camino de dolores y renunciamientos que lo terminará llevando a la cárcel, se enamora de Ivonne, una polaca que recaló en el Río de la Plata con la ambición de ser cantante y que terminó siendo una prostituta cara, sólo reservada para los ricos bacanes.

Hay otro obstáculo superior: Ivonne no le pertenece ni le puede pertenecer a Juan porque a su vez se ha enamorado de otra persona. Como ese amor y ese desamor -y la tragedia que conlleva- son claves en esta historia no vamos a develar el pequeño misterio, salvo que será el comienzo de la derrota, inexorable, del protagonista. Juan, quien se transformará en leyenda primero entre los muros de la cárcel de Las Heras y más tarde en Devoto y que encontrará entre los presos una admiración que no pudo o supo conseguir fuera de los penales.

Un total de 39 tangos de los que es autor el propio Andahazi dan entidad y andadura a la novela que, al copiarse del género musical, también repite el esquema conocido de que en determinados momentos se detenga la acción y ceda el paso a la música y al baile. El autor de "El secreto de los flamencos" descree que la novela pueda ser trasladada al teatro o al cine, porque teme -ha dicho- que pueda "alterar su verdadera esencia", pero no es para nada desdeñable tal posibilidad dado que el lector de "Errante en la sombra" a cada rato puede ver esas escenas que, una vez aceptada la convención del género, resultan lógicas y creíbles.

Los "tangos" de Andahazi, si bien siguen las coordenadas del género y acuden al estereotipo del lunfardo, resultan más narrativos que poéticos aunque no dejan de ser funcionales al desarrollo de la novela.

Ligeramente irónica, también paródica, "Errante en la sombra" tiene un guía, el presentador o "speaker", quien admite en la presentación de la historia que se trata de un melodrama sobre "el cantor más grande de todos los tiempos". Eso sí, después de Gardel...