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 domingo, 16 de mayo de 2004

Perspectivas
Escritores contra el Imperio
Una serie de libros coincide en cuestionar la política exterior de los Estados Unidos y su rol en las recientes guerras

Una serie de libros cuyo común denominador es atacar desde distintas perspectivas la concepción imperial de los Estados Unidos encarnada por George W. Bush, acaban de aparecer en el mercado bibliográfico, al igual que otro volumen de Michael Moore, pionero en esta temática.

"Patria e Imperio", editado por Edhasa, reúne una serie de artículos del escritor Gore Vidal, escritos entre 1975 y 1994, que desnudan la falacia de la autoproclamada tierra de la libertad, profundizan en el ambiguo concepto de patriotismo y proponen cambios de fondo en el país del norte para no caer al abismo.

En el prólogo de este libro, escrito por el fallecido Manuel Vázquez Montalbán, el español subraya la crítica que Gore Vidal hace de la democracia norteamericana y el papel de los Estados Unidos en el mundo. Así como su idea de la descapitalización de Washington para dispersar los centros de poder y acercarlos a la ciudadanía.

"Las cloacas del imperio", de Santiago Camacho, publicada por El Ateneo, elige descubrir hechos vergonzosos de la administración americana de los últimos años como la financiación de la CIA a través del narcotráfico y el contrabando de armas o el accionar mafioso de los grandes grupos de presión estadounidenses.

El periodista español investiga también el apoyo económico que recibieron figuras hoy demonizadas por Estados Unidos como Saddam Hussein y Osama bin Laden y la propaganda norteamericana, cuya misión "es difundir informaciones falsas y tendenciosas por todo el planeta". Y pone el ejemplo de las armas de destrucción masiva de Irak.

A su vez, "El precio de la lealtad", de Ron Suskind (ex jefe de la sección Nacional de The Wall Street Journal), que acaba de sacar Océano, resulta un testimonio desvastador para revelar el alcance del accionar de Bush.

Para este libro, el periodista analizó 19.000 documentos que le entregó el ex secretario del Tesoro, Paul O'Neill, al poco tiempo de ser destituido a finales de 2002.

El autor utiliza el propio testimonio de O'Neill, en un registro narrativo que en muchas tramos parece más una historia de ficción, que la crónica periodística del día a día de un personaje clave de la administración Bush.

Famoso por su breve pero encendido discurso en ocasión de alzarse con un Oscar, por su documental "Bowling por Columbine", Michael Moore investiga en "Qué han hecho con mi país" (Ediciones B) los fondos de la campaña de Bush.

Bush desde un primer momento se rodeó de miembros del Pnac (Proyecto para un nuevo siglo americano) que promueve un gobierno mundial de Estados Unidos a través del dominio militar. A partir del atentado a las torres gemelas, hombres como Paul Wolfowitz o Donald Rumsfeld -relata Moore- encontraron la excusa para atacar a bin Laden pero también a Husseim.

Tras la guerra de Afganistán, se nombró presidente a Hamid Karzai, que había sido empleado del gigante petrolero Unocal. Y se logró un acuerdo para la construcción de un gasoducto que apunta a controlar los yacimientos petroleros del Mar Caspio.

A juicio de Moore y de Eric Laurent, especialista en política internacional de Le Figaro y autor de "El mundo secreto de Bush", en Ediciones B, las conexiones saudíes de Bush son reveladoras. Como la evacuación de 24 miembros del clan bin Laden inmediatamente después de los atentados del 11 de septiembre.

"Mientras miles de personas nos quedamos tiradas sin poder tomar un avión, ¡bastaba con demostrar que uno era pariente del mayor asesino de la historia de los Estados Unidos para conseguir un viajecito a París por la cara!", escribe Moore.

A partir de la investigación del Congreso, el presidente censuró 28 páginas del informe oficial, que hacían referencia a las conexiones saudíes con los atentados.

Michael Moore recuerda, entre otras anécdotas ilustrativas, que los satélites que guiaron los bombardeos "selectivos" sobre Afganistán e Irak habían sido puestos en órbita por Lockheed Martín, el mayor fabricante de armas del mundo, cuya sede se encuentra en Littleton, Colorado.

Sí, el mismo suburbio donde dos estudiantes del instituto Columbine fueron a jugar a los bolos una mañana de abril de 1999 y luego asesinaron a balazos a un profesor y dos compañeros.

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Michel Moore en el rodaje del filme "Bowling for Columbine".

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