Robo en la casa quinta del ex concejal Cribioli

Una extraña sucesión de hurtos fue finalmente esclarecida: la propia familia sorprendió al jardinero

La familia del ex concejal y diputado provincial Pablo Cribioli sospechaba que el jardinero de la casa quinta de Roldán tenía directa relación con las cosas que allí desaparecían. Hasta que el lunes pasado se cercioraron que así era: lo sorprendieron in fraganti robando. Este hombre, de 60 años, admitió el delito. A las ocho horas, para la indignada comprobación del dirigente radical, el jardinero había sido liberado por orden judicial.

Más allá del estupor de Cribioli y sus familiares, la decisión de la jueza de instrucción Nº 12 se encuadra en un marco de legalidad porque el delito de hurto calificado, atribuido al jardinero, es excarcelable. Ocurre que, según el ex legislador, no fue el único ilícito en el que este hombre estuvo envuelto. "En marzo pasado también desapareció dinero y un revólver registrado a nombre de mi hijo. No cuestiono la decisión de la jueza. Pero me parece un disparate la manera cómo se concretó el procedimiento. No se peritó el arma y entonces ni la policía ni la jueza saben si (el jardinero) la utilizó para cometer otros delitos", aseguró Cribioli. La policía, en rigor, asegura que el arma está bajo inspección.

La saga de hurtos comenzó el 23 de marzo en la casa de fin de semana que el ex presidente del Concejo Municipal posee en Roldán. La vivienda comenzó a ser visitada con más frecuencia por los Cribioli desde que el hijo del ex edil, Juan Pablo, de 26 años, abrió un restaurante en esa ciudad. Ese día el muchacho se sorprendió cuando descubrió que de la mesita de luz de su habitación habían desaparecido 300 dólares y 500 pesos. El joven había guardado el dinero allí dos días atrás.

Una sensación de desconcierto invadió a los Cribioli cuando se percataron que todo estaba en orden. "Nos llamó la atención que ninguna puerta estuviera forzada y que no hubiera desorden en la casa". Entonces, Juan Pablo comenzó la búsqueda del efectivo. Le preguntó a la madre y buscó en vano en su departamento en Rosario.

Unos días después ocurriría otro extraño episodio. Un revólver calibre 32 se esfumó de una pared que divide la cocina y el living de la casa. La confusión fue aún mayor cuando se percataron de que faltaba un juego de llaves de la cajas. Los dos hombres creyeron que estaban a merced de ladrones que podían ingresar a la vivienda a robar.


Intuición confirmada
El domingo pasado resolvieron pernoctar en la casa. Mantuvieron una vigilia durante toda la noche esperando el posible arribo de un maleante en la planta de la casa. A las 7.30 divisaron que el jardinero entraba a la vivienda. "Fue algo desagradable ver a una persona que hacía cinco años que trabajaba en la casa y al que le teníamos confianza", se lamentó Cribioli.

El trabajador entró a la habitación de Juan Pablo y recogió dos tarjetas de crédito, un carné de conductor y 100 pesos que estaban en un tarjetero. Luego salió a la calle. Para entonces, Cribioli ya había denunciado el ilícito a la seccional de Roldán. Un rato después, la policía lo detendría en la casa de un vecino del ex concejal.

El hombre arrojó el botín sobre el césped. Allí encontró las cosas la policía. También los uniformados hallaron el teléfono celular del hijo del ex concejal que estaba arriba de un "techo" y las llaves escondidas detrás de un árbol.

Apenas fue apresado, el jardinero admitió que estaba involucrado en los robos. Cribioli dijo que lo ratificó en sede policial. El jardinero fue conducido a la seccional de Roldán y ocho horas después fue excarcelado por orden de la jueza de instrucción Mónica Lamperti. "Yo no impugno la resolución de la jueza, pero me parece que no se tomaron todos los recaudos legales. Nos quejamos por la inseguridad, pero este hombre salió en libertad sin que fuera indagado. Además tenía un antecedente penal por amenazas", afirmó Cribioli.

El ex edil también cuestionó que el revólver calibre 32 que el jardinero robó de su casa no haya sido peritado. Sin embargo, una fuente policial consultado por este diario señaló que el arma está "siendo examinada" por la sección Balística de la policía rosarina para verificar que los números del revólver corresponden al revólver del hijo de Cribioli. "Todo el procedimiento se hizo legalmente", planteó el oficial.