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 domingo, 16 de mayo de 2004

Elecciones en República Dominicana
Un país a la sombra de sus caudillos muertos
Los candidatos imitan hasta el tono de voz del desaparecido presidente Joaquín Balaguer

Santo Domingo. - Desde los tiempos de Leónidas Trujillo y Joaquín Balaguer, la figura del caudillo ha sido una constante de la cultura política de República Dominicana, y su sombra llega a las elecciones de hoy, cuando dos hombres que ya gobernaron el país caribeño intentarán lograr un segundo mandato.

"Los dominicanos seguimos entrampados en un liderazgo autoritario, una especie de caudillismo deslavado, porque los tres líderes actuales no llegan a la estatura de los tres desaparecidos caudillos reales", afirma el politólogo y consultor internacional Sergio Cedeño.

El paradigma de caudillo fue Balaguer (1906-2002), quien tras el atentado que cegó la vida del dictador Trujillo en 1961 dominó la escena política dominicana en la segunda mitad del siglo XX, en y detrás del trono hasta que superó, sordo y casi ciego, los 90 años.

El ex presidente liberal y gran favorito en los sondeos, Leonel Fernández, el presidente socialdemócrata Hipólito Mejía y el socialcristiano Eduardo Estrella, imitan su voz, imitan sus gestos, repiten sus frases. "Esta fue una campaña testimonial de los líderes muertos", remata Cedeño. Aunque sólo el conservador Estrella enarbola la bandera del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC, derecha) fundado por Balaguer, tanto el ex presidente Mejía como el ex presidente Fernández (1996-2000) lo imitan. "No se cambia de caballo a mitad del río", repite Mejía imitando la voz chillona típica del desaparecido caudillo. "Adelante, adelante a paso de vencedores", copia Fernández.

"A pesar de los lustros de represión, cuando al final de su vida se estableció la doble vuelta, Balaguer fue el fiel de la balanza hasta su muerte", explica Javier Cabreja, director ejecutivo de la principal institución de vigilancia electoral, Participación Ciudadana.

En 1996, el anciano caudillo no tuvo empacho en aliarse con su archienemigo, Juan Bosh, combatiente antidictatorial que algún día fue marxista, para impedir el triunfo del socialdemócrata populista José Francisco Peña Gómez.

"Eran hombres de otro tiempo, del maccartismo, del antimperialismo, de la Guerra Fría que cautivaron a las masas dominicanas", explica el politólogo Cedeño, consultor en Venezuela, Guatemala, Nicaragua y Costa Rica. De los tres aspirantes, "populistas, eclécticos, pragmáticos, incapaces de innovar" según Cedeño, el que más intenta hacerse un lugar en la escena internacional es Fernández. (AFP)

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