| domingo, 16 de mayo de 2004 | Huesos fuertes Las proyecciones estadísticas muestran que el hombre tiene una mayor expectativa de vida y que enfermedades que antes abarcaban a un reducido porcentaje de la población, hoy son padecidas por gran parte de ella. Una de ellas es la osteoporosis cuyo diagnóstico es en muchos casos tardío y su tratamiento más difícil.
Se caracteriza por la disminución de la masa ósea y de la resistencia mecánica por lo que es necesario prevenirla ya que no presenta síntomas hasta que se produce una fractura, principalmente de vértebras, muñecas y cadera. Sus consecuencias son desde mínimas hasta invalidantes, causando dolor, deformaciones de columna, pérdida de estatura, alteraciones digestivas, respiratorias y psicológicas.
Los tres pilares para la prevención y el tratamiento son: actividad física específica, adecuado aporte de calcio y de ser necesario, la ingesta de fármacos . Para que un programa resulte efectivo debe poseer características especiales:
* Contar con una adecuada evaluación médica y un correcto diagnóstico para que la planificación sea personalizada.
* Como la masa ósea está directamente relacionada con la masa muscular, la fuerza y la capacidad aeróbica, el entrenamiento debe apuntar a estos tres aspectos.
* La actividad física debe ser localizada dirigiéndose a las áreas con mayor probabilidad de reducción de la masa ósea que pueden sufrir fracturas: vértebras, muñecas y cadera.
* Los ejercicios de flexibilidad, coordinación y equilibrio contribuyen a evitar una caída y por consecuencia una fractura. También es importante la enseñanza de posturas adecuadas para la vida cotidiana.
* La frecuencia y duración del ejercicio son factores determinantes para lograr beneficios. Se aconseja trabajar al menos tres veces por semana.
Norberto A. Vergara / Kinesiólogo - Fisiatra
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