| domingo, 16 de mayo de 2004 | Los estrenos bajo la lupa de Escenario . "Troya": Un héroe con una dosis menor de genio Calificación: 3 estrellas. Intérpretes: Brad Pitt, Eric Bana y Peter O'Toole. Dirección: Wolfgang Petersen. Género: drama épico. Duración: 163 minutos. Salas: Monumental, Siglo y Village.
El gasto en superproducción de "Troya" no es lo mejor de la película que retoma parte de la historia del guerrero Aquiles contada en la "Ilíada". Quizás lo mejor sean algunas escenas clave del libro volcadas al filme con pocas variaciones, como la visita de Príamo a la tienda de Aquiles para pedir por el cadáver de su hijo Héctor, al que Aquiles ha mancillado negándole los honores del funeral. O'Toole despliega un talento al que no le hace falta los artificios tecnológicos. Basta con sus palabras, con los gestos de su rostro. Brad Pitt en esa escena da pena, parece que no sabe qué hacer frente al despliegue de O'Toole y mira al techo con un rostro que no se entiende bien qué significa. Por otro lado, da bien con el tipo que se supone tenía Aquiles: rubio y de ojos claros. Pero a la vez, la película poda el carácter conflictivo de Aquiles y deja apenas una sombra de aquel que presentaba la "Ilíada". El Aquiles de la tradición griega era un personaje más rico que el que entrega Wolfgang Petersen en su película, con más complejidades, entre ellas el haberle prestado a Patroclo su armadura, la que permite que Héctor lo confunda con Aquiles y le dé muerte. En cuanto a las batallas, más que un momento para el lucimiento de cómo manejar una gran cantidad de actores se parece a un amontonamiento de gente. De todas maneras, el filme sobrevive gracias al papel de Héctor y a algunos momentos de Aquiles, aunque no evite el sobresalto, innecesario, de un personaje diciendo "que arda Troya".
"El amanecer de los muertos": Una nueva generación del cine de terror Calificación: 2 estrellas. Intérpretes: Sarah Polley, Ving Rhames y Jake Weber. Dirección: Zack Snyder. Género: terror. Duración: 98 minutos. Salas: Monumental y Village.
El cine de terror vive un nuevo amanecer en Hollywood. Si bien las películas del género nunca dejaron de tener público, de un tiempo a esta parte los seguidores se multiplicaron, y tanto que lograron sin esfuerzo ubicarse al tope de la taquilla. Y como nadie sabe mejor que la industria cinematográfica que un éxito no debe dejarse escapar, la maquinaria de producción se puso en marcha. Pero rápidamente los estudios se encontraron con el problema de que no encontraban guiones originales en los que se atrevieran a confiar sus inversiones. ¿Qué hacer entonces? Lo de siempre: buscar un título de éxito probado y rodar una versión remozada con las técnicas, ritmos y guiños que caracterizan al cine de estos tiempos. En ese plan, Zack Snyder ni siquiera se planteó asumir riesgos innecesarios y eligió hacer una remake de un clásico de George A. Romero, "El amanecer de los muertos", una película de zombies, pero hecha por uno de los mayores maestros del género, reverenciado tanto en su país como en las lejanas tierras argentinas. No se equivocó. La historia es ideal para que un debutante pueda mostrar sus habilidades de realizador y, más allá del resultado final, hay que admitir que Snyder sabe cómo sacarles provecho a situaciones repetidas hasta el hartazgo en la pantalla como las que narra en su ópera prima. La película asusta y, con tantas mordidas, cuerpos podridos y sangre derramada, deja una inevitable sensación de asco. No va más allá. Y ese es su defecto.
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