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 domingo, 09 de mayo de 2004

Peligro. Más de 750 firmas de vecinos reclamaron que se tomaran medidas y se desplace la estructura
La comuna de Oliveros clausuró una antena de telefonía celular
Las autoridades dispusieron la medida por razones de seguridad y salud pública luego de varias denuncias

Oliveros. - Hace unos días las autoridades de esta localidad dispusieron la clausura por tiempo indeterminado de la antena de telefonía celular perteneciente a la empresa CTI Móvil, aduciendo razones de seguridad y salud pública. Dicha antena carece de habilitación para operar comercialmente y vencido el contrato de locación con particulares deberá ser desplazada.

Más de 750 firmas de vecinos fueron presentadas a la comuna para tratar el problema "de los posibles efectos nocivos sobre la salud de la población de las ondas electromagnéticas emitidas por estas antenas. Hay un total de 18 casos de muertes de cáncer y varios enfermos, todos concentrados en el radio donde está erguida la torre", argumentaron los vecinos en su petitorio.

El pedido de los vecinos se centra en la reubicación de la torre, emplazada en el pueblo hace unos 11 años, fuera del ejido urbano y la confección de una ordenanza comunal cuya finalidad sea la de prevenir inconvenientes tanto de seguridad como de salud para las instalaciones futuras.

"La antena ubicada en la calle Salta 130 carece de aptitud urbanística y está a 60 metros de la plaza principal del pueblo. No cuenta con caída libre, está cerca de una parroquia, una escuela y un centro de día, donde concurren a diario decenas de niños y adolescentes para comer y realizar todo tipo de actividades. Esa antena, en ese lugar, no tiene nada que hacer", aseguraron los vecinos a este diario.


Plazo perentorio
La comuna intimó a la firma a desmantelar la estructura en un plazo de 15 días hábiles bajo apercibimientos de ley, puso una faja de clausura e inició las gestiones ante la Empresa Provincial de la Energía (EPE) para que, cumplido el plazo, se resuelva la desconexión. Cabe destacar que en un fallo de la Justicia federal por casos similares en Rosario autorizó a los municipios a proceder con tranquilidad, según reza su ejercicio de poder de policía.

Si bien la Organización Mundial de la Salud no ha formulado dictamen alguno sobre el real daño que puede provocar a la salud de la población las emisiones de radiación electromagnética, se hizo alusión a que tampoco se ha demostrado la inexistencia del mismo. Por lo tanto, los vecinos pidieron aplicar el principio Prudent Avoidance Policy o política prudente de mantenerse alejado, o "principio de precaución" consagrado en la ley nacional Nº 25.675, que expresa que "cuando haya peligro de daño grave e irreversible, la ausencia de información o certeza científica no deberá utilizarse como razón para postergar la adopción de medidas eficaces para impedir la degradación del medio ambiente".


Un pueblo organizado
"En las planillas de firmas pude ver que mis vecinos, y una gran cantidad de ellos, ponían aparte de su nombre y documento, la leyenda «afectado»", dijo el vecino Héctor Podio emocionado por la actitud cívica de su localidad. "En pocas semanas el pueblo se organizó, se juntaron las firmas y se redactó una carta abierta a la comuna, y tras varias reuniones con las autoridades se consiguió la clausura", señaló Podio. El vecino contó que en general "la población de Oliveros tiene muy buena relación con las autoridades de la comuna, en especial con su presidente, el socialista Oscar Moyano. "No es la primera vez que la comuna nos responde ya que también hicimos un reclamo por los transformadores que tienen PCB y también nos dio su apoyo", confió otro vecino.

"Me gustaría saber qué cambiaría en las comunicaciones si esa antena se trasladara a unos 1.000 metros fuera del ejido urbano. Pienso que seguiríamos hablando por celular tranquilamente y viviríamos más tranquilos, por lo menos hasta que alguien nos asegure y demuestre que las antenas no representan un riesgo para la salud de la población", argumentó Podio, quien tiene siete hijos en Oliveros.

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En la mira. Los vecinos que viven cerca de las antenas temen por su salud.

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