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 domingo, 09 de mayo de 2004

Dos casos de parricidio en Rosario durante 2003

Aunque no son episodios criminales usuales, el año pasado en el departamento Rosario hubo dos casos de parricidio. El primero de ellos ocurrió el 15 de enero del 2003 y el autor fue -como en el caso de ayer- una persona con trastornos psiquiátricos. Carlos Horacio Rivero, de 40 años, transformó una humilde casa de Santiago al 4000 en el escenario de un macabro episodio del que no se recordaban antecedentes en la ciudad. Asesinó con más de 50 puñaladas y golpes en el cráneo a su padre. Además le seccionó los testículos, parte del pene y las dos orejas. A los órganos genitales los introdujo en la boca de la víctima y los restos de los oídos los arrojó al inodoro. Después regresó caminando hasta la clínica donde estaba internado por orden judicial. Allí lo encontró la policía. Ocho días después fue encontrado sin vida en la sala psiquiátrica de la cárcel de Coronda. La víctima se llamaba Carlos José Rivero. Era un jubilado municipal de 72 años.

El otro caso tuvo una resonancia nacional. Fue el que protagonizó Tulio Adorna, que ahora tiene 18 años, al matar a su padre (también a su hermano) el 4 de octubre pasado en la casa familiar de Funes. El mes pasado la fiscal Alicia Donni solicitó que el joven sea condenado por dos homicidios calificados agravados por el vínculo familiar. Tulio, que era menor de edad cuando fue detenido, está acusado de haberles disparado a su padre, Alberto Adorna, de 50 años, y a su hermano Germán, de 16, cuando estaban sentados en el living, de espaldas a él, mirando un partido de fútbol. El acta dice que Tulio disparó con una pistola Bersa calibre 22 con silenciador y que ambos murieron en el acto. Luego resultaron heridas Catalina Dártoli, de 80 años, y Alicia Travagliante, de 49, abuela y madre del chico. Al fin, según la misma acta, Nadia Adorna, de 19 años, forcejeó para quitarle el arma a su hermano y fue golpeada. El joven escapó y, según la policía, fue localizado al día siguiente en una casa abandonada. Desde el 23 de diciembre pasado Tulio recibe atención en una clínica psiquiátrica.

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