| domingo, 02 de mayo de 2004 | Un saludo a los muchachos Diego Maradona se acercó ayer a la tarde a la tranquera de la quinta y saludó a los vecinos y periodistas que se habían apostado durante varias horas para verlo. En tanto, Diego Maradona padre, internado desde el viernes pasado en una clínica de la ciudad de Buenos Aires por un cuadro infeccioso bronquial y pulmonar agudo, mejora su estado de salud, según reportaron los médicos.
"Gracias por venir", dijo un sonriente Maradona, quien manejaba un carrito de golf en compañía de su médico Alfredo Cahe. Tras su breve comunicación, "Pelusa", abrigado con una gruesa campera, saludó con su mano izquierda y desapareció con la misma rapidez con la que había llegado al lugar.
El de ayer fue el primer contacto directo de Maradona con la prensa. Antes, había jugado al golf cerca de una hora.
Maradona tiene intenciones de viajar en los próximos días a Cuba, pero regresaría para el 21 de mayo en ocasión de cumplir quince años su hija Gianinna.
Uno de los más atareados en la jornada fue el médico personal de Maradona, Alfredo Cahe, quien se retiró de la casa para dirigirse a visitar al padre del astro, para volver más tarde al lugar. En ese interín, la salud de Maradona estuvo monitoreada por las enfermeras que se encuentran en el lugar.
El show de la "Raulito" Diego volvió a salir a las 18.33 ayer hasta la tranquera de la finca para saludar a la legendaria "Raulito", que durante varios minutos protagonizó un show mediático para que la dejaran pasar a saludar al ex capitán del seleccionado argentino.
Durante medio minuto Maradona saludó a la veterana y a menudo irascible simpatizante boquense con un beso, lo que despertó una ovación de todos los curiosos que se habían acercado al lugar y la satisfacción de la mujer, que se sintió recompensada después del viaje.
"Cuidado que me van a tirar", alcanzó a gritar la "Raulito" cuando los presentes que aguardaban a las puertas de la casa produjeron una avalancha para acercarse a Maradona cuando éste accedió a la verja.
Maradona saludó a la mujer y balbuceó con voz ronca una frase incomprensible, al tiempo que señalaba hacia adentro como si pensara hacerla pasar luego al predio.
Enseguida, Maradona se retiró nuevamente hacia el casco de la casa en el automóvil en que había llegado, sentado en el lado izquierdo del asiento posterior, acompañado por tres personas.
La mujer había llegado poco antes de las 18 y se había quejado airadamente ante los medios de televisión al manifestar que allí hay "privilegios, porque entran unos y otros no. O todos o ninguno". A poco de ingresar al lugar, el novio de Dalma Maradona le avisó a Diego de la presencia de la célebre hincha. Minutos después Maradona salió a saludarla. (Reuters y DyN) enviar nota por e-mail | | |