| viernes, 30 de abril de 2004 | Las fantasías de un cura y de una artista de circo Mientras en la revista Caras, Natalia Oreiro asegura que de a ratos, le gusta jugar a ser una verdadera bomba sexual, en Gente, Facundo Arana arremete con que tiene miles de fantasías pero a veces le da miedo cumplirlas.
La protagonista de "El Deseo" dijo: "Yo soy muy libre con mi cuerpo. Quizás esto es algo que la gente no sepa, pero no tengo ningún rollo con mi cuerpo ni con mi sexualidad". También abundó sobre la idea de convertirse en una bomba sexual. "Desde mis personajes, sí. Desde mi vida privada, no. Que Carmen lo sea me parece atractivo. Me gusta jugar a ser una bomba sexual a través de mis personajes porque despierta en mí algo que tengo pero que no siempre quiero que sea observado por el ojo externo. Natalia no es una bomba sexual las 24 horas. No quiero serlo".
"Tengo deseos prohibidos -continuó-. Todos tenemos costados más oscuros, misteriosos. Y eso te vuelve más interesante, te da cierto misterio".
"¿A quién no le gusta vivir lo prohibido?", se preguntó, por su parte, el protagonista de "Padre Coraje". "No conozco una sola persona a la que no le tiente lo prohibido, y si no, no habría cosas prohibidas", añadió y, luego, yendo a su vínculo personal con ese tema, señaló: "A mí esas situaciones me producen vértigo, provocación, deseos...".
"Está buenísimo provocar ganas ... de abrazarme, entre otras cosas. ¿Soy menos actor por eso?", dijo Arana, y cuando la periodista le preguntó ¿qué va a hacer con el erotismo que despierta su personaje?, contestó: "Asumirlo sin faltar el respeto a la Iglesia. Todos saben que este cura, cometiendo pecados, es un actor que, de repente, siente el poder de la confesión de cosas que no le contarían jamás a nadie. Se enamora hasta el límite de la seducción y el erotismo, y mi desafío es contar la historia y ratonear". enviar nota por e-mail | | |