| miércoles, 21 de abril de 2004 | Estrategias educativas para niños con déficit de atención Una especialista española aconseja tareas cortas y el movimiento en el aula Belén Travesaro / La Capital En los últimos años, el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (Tdah), caracterizado por una excesiva actividad motriz, cambio atencional frecuente y poca reflexividad o impulsividad, se hizo conocido debido a los frecuentes problemas de adaptación escolar y aprendizaje que generaban los niños afectados por el problema. Según el modelo conceptual de la doctora en psicología Angela Magaz Lago (Bilbao, España) el déficit de atención tiene que ver con una diferencia biológica, que muchas veces es desconocida por los docentes, quienes generalmente asocian el bajo rendimiento escolar con el mal comportamiento. "Los maestros recriminan y muestran poca tolerancia a las conductas de estos niños. Como consecuencia de ello, estos experimentan una baja en la autoestima, ansiedad y frustración. Estos sentimientos se pueden evitar adaptando las estrategias educativas", opinó Magaz Lago.
La especialista es directora de proyectos del grupo Albor-Cohs de España (consultora en ciencias humanas) y estuvo recientemente en Rosario para disertar acerca del nuevo modelo conceptual del Tdah en el marco de un curso sobre "Problemas de conducta en la escuela: un desafío ineludible", organizado por la Clínica Infantil Alberdi, el Instituto Superior La Salle de Rosario y el Centro de Investigación y Tratamiento del Tdah y otros Problemas de Conducta de Buenos Aires. También participó de dicho encuentro el doctor Enrique Menzano, a cargo del sector de neurología de la conducta del Hospital Italiano de Buenos Aires.
Diagnóstico precoz En diálogo con La Capital, Magaz Lago resaltó la importancia de un diagnóstico precoz, preferentemente antes que los niños comiencen con los aprendizajes instrumentales (lectura y escritura) para así poder adaptar las estrategias educativas. "El Tdah muestra un núcleo biológico que consiste en una deficiencia funcional de las estructuras cerebrales a cargo de la regulación de la atención, las cuales, por una razón que todavía se desconoce, no consiguen activarse lo suficiente para procesar la información. Por eso, el organismo lo compensa con dos recursos naturales: la actividad motriz excesiva y el cambio atencional frecuente", explicó la especialista.
Esta limitación no implica necesariamente problemas para el desarrollo de habilidades de aprendizaje. "Pueden lograr un buen rendimiento escolar si se les asignan tareas más cortas y se les permiten movimientos en el aula que no perjudiquen a otros niños", aconsejó la profesional.
Magaz Lago añadió que cuando las exigencias que reciben estos niños por parte de los adultos son las mismas que la generalidad, el niño no logra cumplir las consignas, se cansa, se distrae, pierde el interés y la paciencia, deja las tareas incompletas, aparecen sentimientos de inseguridad, y baja estima. Además, interpreta el enojo de los adultos como falta de amor.
Los padres y docentes deberían estar atentos a la hiperactividad y la falta de concentración en todas las situaciones y todos los días del año como síntoma de que algo no anda bien. Sólo en períodos cortos de tiempo permanecen quietos y atentos. En caso de detectar alguna anomalía tendrá que evaluarlo un profesional entrenado para identificar el problema, sea psicólogo, neurólogo pediátrico o psicopedagogo.
Indicios médicos En cuanto al diagnóstico médico del Tdah, el doctor Enrique Menzano, neurólogo infantil del hospital Italiano de Buenos Aires, dijo a La Capital que si bien no existe un marcador biológico (estudio bioquímico, imagenológico o neurofisiológico) que facilite la detección del déficit de atención con hiperactividad, es posible hacerlo a través de una evaluación clínica interdisciplinaria a cargo a especialistas entrenados en esta problemática.
Estudios recientes encontraron en los niños que padecen el trastorno diferencias anatómicas en el volumen de áreas del cerebro que participan en el control inhibitorio y sostén de la atención. Estos hallazgos aún en fase de investigación, no se utilizan para el estudio sistemático de pacientes con diagnóstico presuntivo de Tdah.
En cuanto al tratamiento, Menzano aseguró que debe ajustarse a cada caso en particular e incluir un trabajo de orientación a padres y docentes destinado a esclarecerles de qué se trata el déficit a la vez que ofrecerles herramientas para manejar la situación y evitar o minimizar los trastornos. Esta estrategia se suma al entrenamiento del niño para un mejor uso de las habilidades (a cargo del psicopedagogo o psicólogo) y la terapia medicamentosa.
"La farmacoterapia constituye una herramienta terapéutica de gran valor cuando se la emplea complementariamente y sólo luego de lograr un diagnóstico preciso", dijo finalmente el médico. enviar nota por e-mail | | Fotos | | Los doctores visitaron Rosario. | | |