| miércoles, 21 de abril de 2004 | Diego. El universo local del 10 resultó muy significativo para los leprosos Walter Cattaneo recuerda el paso del astro por la cancha de Newell's y su amistad inoxidable El ex presidente rojinegro habla del gran afecto que siente por "el chico de Villa Fiorito" Rodolfo Parody / La Capital El universo de Diego tiene un rinconcito rosarino. Hay quienes lo conocen de cerca, como es el caso del ex presidente de Newell's, Walter Cattaneo. El dijo anoche que estaba preocupado, que le gustaría poder aconsejarlo, recordó cuánto lo quiere, aseguró que va a ir verlo "cuando se desarme el circo" frente a la clínica donde está internado el astro, porque "ahora hay muchos caretas".
Cattaneo conserva un afecto muy especial por Maradona desde que se reunieron por primera vez para concretar algo inesperado: que el 10 se pusiera la camiseta rojinegra. Fueron pocos partidos los que jugó Diego en el club del parque Independencia a fines del 93, pero alcanzaron para que el ex directivo se encariñara tanto con él que hoy no oculta su dolor por su estado de salud. "Esto me ha hecho mucho mal y lo único que deseo es que salga de esto cuanto antes", aseguró.
Cattaneo se siente "como un padre" con Diego, quiere reunirse con él "para aconsejarlo" pero a la vez sabe que es difícil "por el entorno que lo rodea, que a veces es perjudicial".
No es usual que Maradona tenga una buena relación con los dirigentes de los clubes donde pasó. Pero Cattaneo recuerda que Diego "tuvo códigos muy especiales como jugador de fútbol, que yo respeté como presidente. Eso él no lo olvidó nunca, sobre todo cuando se fue de Newell's".
La contratación de Maradona cambiaría la vida de Cattaneo. "Como dirigente participé en los tres títulos que conseguimos y en los dos subcampeonatos en la Libertadores. Pero lo de Diego tiene un valor agregado por el cariño. Su llegada fue insólita. Lo quería Argentinos Juniors y San Lorenzo, pero prefirió Newell's resignando dinero. Eso me marcó a fuego. Y a él seguramente también que se le cumplió todo y que le respeté sus códigos".
"Siempre tuvimos una muy buena relación. Cuando el año pasado se le hizo el homenaje en la cancha de Boca, creo yo fui el único presidente que invitó. Eso muestra que el afecto era -y es- muy grande. Pero, desde su estadía en Cuba no lo vi más hasta el partido con Gimnasia".
Precisamente, la última ocasión que estuvieron cara a cara fue hace poco más de una semana cuando Maradona apareció en el Coloso. "Diego tenía una deuda de honor con Newell's porque cuando el club cumplió cien años se inauguró la tribuna con su nombre y no pudo venir. Y sorpresivamente apareció en el partido con Gimnasia lo que me produjo un cimbronazo emocional. En el entretiempo fui al palco de honor a saludarlo y cuando me vio, nos dimos un abrazo muy largo, mientras me decía cosas que sólo se dicen cuando hay verdaderamente cariño. Aproveché también para comentarle sobre su estado, que se cuidara, que lo veía muy gordo, que se dejara de embromar. Más allá de su peso, lo vi bien. Después de ese encuentro salí lleno de satisfacción", recordó Cattaneo.
Con tono paternalista, le aconseja a la distancia a Diego que "se cuide. Es un pibe. Si recién tiene 43 años". Y considera que la vida del máximo ídolo argentino fue el desencadenante de este presente. "Parece que se lleva el mundo por delante pero hay que comprenderlo. Le falta cariño, comprensión. En el fondo sigue siendo un chico de Villa Fiorito". enviar nota por e-mail | | Fotos | | Diego Maradona se pone la casaca que le alcanza Walter Cattaneo. | | |