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 jueves, 15 de abril de 2004

El gobierno apoya la construcción del reactor nuclear para Australia
La sanción del convenio quedó demorada en Diputados tras las criticas de ambientalistas y legisladores

El canciller Rafael Bielsa se pronunció ayer a favor de que la Cámara de Diputados apruebe la ratificación del convenio de cooperación nuclear con Australia, cuya sanción se encuentra demorada a raíz de cuestionamientos planteados por organizaciones ecologistas y legisladores.

El acuerdo incluye un contrato del orden de los 180 millones de dólares para la construcción de un reactor nuclear para la investigación y producción de radioisótopos de uso médico.

En 2002, tras competir con las empresas Siemens (Alemania), Techincatowe (Francia) y Aelc (Canadá), el Instituto Nacional de Investigaciones Aplicadas (Invap) -una sociedad estatal formada por el gobierno de Río Negro y la Comisión Nacional de Energía Atómica (Cnea)- ganó la licitación internacional lanzada en 1998.

Ayer, al reunirse con la comisión de Relaciones Exteriores de Diputados, el funcionario manifestó que el acuerdo era un tema que dependía del Parlamento. Pero, ante una consulta del radical Mario Negri, aseguró que "es favorable a la votación del convenio con Australia".

En este contexto, el presidente de la comisión de Relaciones Exteriores, Jorge Argüello, dijo que comenzará a armar las reuniones de consulta para estudiar los detalles del acuerdo, que ya cuenta con sanción de la Cámara de Senadores.

El proyecto fue conocido por la sigla RRRP (Replacement Research Reactor Project) dado que fue destinado a reemplazar al que estaba en funcionamiento desde 1958 en la misma localidad de Lucas Heights.

El contrato implica la ingeniería, construcción y puesta en marcha. En el funcionamiento de un reactor nuclear se emplean elementos combustibles que, luego de un tiempo, deben ser reemplazados ya que pierden parte de su energía útil. Estos elementos gastados, en algunos casos pueden utilizarse en otra instalación, o ser tratados para recuperar materiales valiosos y acondicionar el material radiactivo restante para su almacenamiento.


Exigencias
Pero, luego de firmar finalmente el convenio con Australia se conoció una cláusula (el artículo 12) que establecía que el país que construyera el reactor debería hacerse cargo del acondicionamiento del combustible gastado que genera.

Los opositores al convenio, tanto en el ámbito legislativo como las organizaciones ambientalistas,- aseguran que si bien el proyecto no dice taxativamente que el tratamiento de los elementos combustibles irradiados por el reactor deba realizarse necesariamente en Argentina, sí establece que el país deberá hacerse cargo de garantizar que esa tarea se cumpla.

En la actualidad los combustibles gastados del antiguo reactor australiano, se envían para su tratamiento a Francia, país con el cual los australianos tienen un contrato vigente. La Australian Nuclear and Tecnology Organization (Ansto) prevé que los combustibles quemados del nuevo reactor serán tratados también en Francia.

A pesar de ello, desde la firma querían contar con un camino alternativo, porque los combustibles del nuevo reactor son de un tipo novedoso y buscan garantizar desde el diseño su gestión segura. Es por eso que se pidió a todos los oferentes por igual, en los pliegos de licitación, que presentasen una alternativa, y la Argentina lo hizo. Dicha alternativa consiste en acondicionar los combustibles quemados para que puedan ser almacenados definitivamente y sin riesgos en Australia. Tal acondicionamiento podría ser realizado por la Cnea, en su Centro Atómico ubicado en el partido de Ezeiza.

Para unos la construcción del reactor nuclear encargado por Australia es un extraordinario logro tecnológico, para otros un impulso al nefasto negocio de la basura atómica. Los ambientalistas señalan el riesgo de fuga de radiación en el transporte y la manipulación de los residuos, que en contacto con seres humanos pueden provocar cáncer y malformaciones.

Pero, Héctor Otegui, gerente general del Invap, ya en 2002 aseguraba que Argentina tiene una larga trayectoria de seguridad nuclear y que "es falso" que se esté pensando en depositar definitivamente en Argentina los residuos del reactor atómico. Lo que el contrato comercial prevé, explicó Otegui, es que si Australia lo solicita en el futuro, los combustibles residuales del reactor argentino pueden ser "procesados y acondicionados en la Argentina para su almacenamiento en Australia". Dichos combustibles, aceptó Otegui, son radiactivos, pero no violan las normas constitucionales.

La empresa estatal rionegrina calificó como de "mala fe y falta de respeto" la campaña que realizan las organizaciones ambientalistas contra el acuerdo. La firma sostiene que el solo hecho de llamar a los materiales "residuos nucleares era un gesto peyorativo cargado de "ligereza".

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Taller de Metalugia especial del Invap en el centro atómico.

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