| miércoles, 14 de abril de 2004 | Los caminos se vuelven peligrosos Bagdad. - La banda de asfalto avanza por el desierto a lo largo de 500 kilómetros. Sólo entonces el monótono trayecto desde la frontera jordano-iraquí hasta Bagdad se suaviza por la presencia de palmeras, edificios y rebaños de ovejas. La autopista, bien construida en el lado iraquí, cruza el fértil valle del Eufrates, y deja a un lado las ciudades de Ramadi y Falluja, que desde la llegada de fuerzas estadounidenses al país, hace un año, son bastiones de la resistencia sunnita.
Hasta hace una semana, el cambio de panorama, de la monotonía desértica al idilio fellah, suponía un momento de relajación para el viajero.
El trayecto entre Ramadi y Falluja era considerado una suerte de "país de Alí Babá", donde salteadores de caminos modernos, en automóviles BMW negros y armados con kalashnikovs, obligaban a los pasajeros a bajarse en el costado de la carretera y les robaban un par de centenares de dólares. Pero los viajeros consideraban esa posibilidad como un riesgo dentro de lo posible.
Sin embargo, desde hace una semana la ruta está bloqueada. Las tropas estadounidenses emprendieron una ofensiva contra Falluja, y ahora el camino hacia Bagdad transcurre por viejas carreteras secundarias y a través de remotas aldeas sunnitas. Allí, mientras tanto, la resistencia armada tomó nota, ya que las tropas estadounidenses tienen trabajo en Falluja y no pueden estar en todas partes.
En este rincón de Irak, muy peligroso, desaparecieron la mayoría de las decenas de extranjeros que han sido secuestrados en Irak en los últimos días. Es el caso de los siete chinos que fueron liberados ayer, y de los tres japoneses por cuyas vidas se teme. Los extranjeros que quieren en la actualidad llegar a Bagdad o abandonar la capital iraquí ya no disponen de ninguna vía segura para lograrlo.
El camino a Kuwait por Basora recorre el sur del país, en el que el robo en las carreteras está a la orden del día. El camino al norte y hacia Turquía pasa por otros bastiones sunnitas, como Tayi y Bakuba, en los que la resistencia está cada vez más activa. En Tayi comienza además una nueva ruta alternativa hacia Amman, y allí fueron secuestrados ayer tres periodistas checos.
La aerolínea jordana presta un servicio diario entre Amman y Bagdad. Pero hasta el sábado no hay plazas disponibles en dirección a la capital de Jordania, debido al aumento del número de personas que desean abandonar Irak. El billete de ida cuesta 600 dólares, una cantidad que la aerolínea justifica con una alusión al alto costo de garantizar la seguridad de estos vuelos. Los rebeldes, activos en los alrededores del aeropuerto de Bagdad, ya han derribado aviones en el pasado, y a fines de 2003 una aeronave de carga de la empresa DHL se vio obligada a llevar a cabo un aterrizaje de emergencia.
Las empresas de taxi, que con sus rápidos todoterrenos cubren el trayecto Amman-Bagdad, siguen en servicio. "Pero ahora sólo utilizamos vehículos permitidos por los iraquíes", explica Haider Shamil, empleado de la oficina en Bagdad de la compañía jordana Abu Aleez. "Además, a los extranjeros no árabes les desaconsejamos con insistencia viajar ahora", agregó. Los rebeldes cerca de Falluja no presentan un peligro para los iraquíes y otros árabes, apuntó. Sin embargo, la mayoría de los clientes de la empresa son extranjeros no árabes.
Antes de esta crisis, Abu Aleez enviaba a entre 15 y 20 vehículos diarios a cubrir su ruta, pero en estos días la cifra se ha reducido a sólo uno o dos. (DPA) enviar nota por e-mail | | |