| miércoles, 14 de abril de 2004 | Voyeurismo y educación El género televisivo desató una fuerte polémica El reality asomó como un género transgresor, con un afán exhibicionista, con espíritu voyeur y hasta para mostrar "cómo somos los argentinos". Pero la transgresión se simplificó a largas escenas de silencio en un living, con jóvenes políticamente correctos puteando y sacándose los mocos, y el exhibicionismo pasaba por chicas bañándose en bombacha y corpiño o teniendo relaciones sexuales bajo las sábanas. Todo eso se vio (¿se vio?) en "Gran Hermano", "El bar" y "Confianza ciega".
"Cuando estaba Gran Hermano veía a unos pobres tipos que daban pena. Era un experimento sobre seres menores donde lo único que podían hacer era gritar, llorar y caer en el erotismo porque estaban reducidos a un grado de animales. Estaban elegidos para eso y esa elección es quizás el último escalón de degradación de la televisión", comentó a la página web television.com.ar el interventor del Comfer, Julio Bárbaro.
El gerente de contenidos de Telefé, Claudio Villarruel, admitió en la flamante revista "La mano", que "los realities son moda, y creo que ya pasó", pero fue un paso más allá: "Hay que tener en cuenta que la televisión no construye una sociedad, no la modela. Después de todo, si el Estado abandonó la educación...¿Por qué razón el accionista de un canal comercial tendría que tomar en sus manos semejante responsabilidad?" La pregunta queda abierta. enviar nota por e-mail | | |