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 sábado, 10 de abril de 2004

Barrio Ludueña
Le robaron 21 mil dólares que tenía guardados en su casa
Los ladrones aprovecharon que el dueño había salido y forzaron una ventana

Para José Raso, el Jueves Santo fue un día signado por la desventura a pesar de su fe religiosa. Asistió a una misa que se oficiaba en una parroquia del barrio Ludueña y cuando regresó una hora y media después descubrió que habían desaparecido los 21 mil dólares que guardaba en un placar de su casa. Para cometer el atraco, los ladrones forzaron la reja de una ventana entreabierta y por la abertura entraron a la casa.

Raso, de 48 años, es uno los tantos damnificados del corralito financiero establecido por el gobierno de Fernando De la Rúa en diciembre del 2001. Luego de una batalla judicial, el 7 de abril del año pasado había logrado recuperar una parte de los ahorros de toda la vida de su padre, fallecido hace tres años. El dinero que le habían devuelto eran los 21 mil dólares que le robaron anteayer a la noche. El progenitor de Raso era un ciudadano italiano que cobraba la jubilación de ese país y se había ganado la vida trabajando en una fábrica.

Cerca de las 20.30 del jueves, Raso salió de su departamento de pasillo ubicado en Camilo Aldao 519 bis en dirección a la parroquia Guadalupe, situada a unas seis cuadras. "Después de que terminó la misa, me quedé un rato más por la Adoración del Santísimo", explicó ayer a la tarde.

A las 22.15 regresó a su casa. Atravesó el patio y divisó que la reja que cubría la pequeña ventana que da a la cocina estaba forzada. "Primero pensé que los gatos la habían roto, pero después me di cuenta de que había sido un robo", comentó sorprendido por la rapidez con la que actuaron los asaltantes.

Los maleantes se introdujeron en la cocina por la ventana que estaba abierta después de escalar los techos de las casas lindantes. "No forzaron la puerta y serrucharon la reja", explicó Raso. Desde allí los bribones fueron hasta la habitación y comenzaron la tarea delictiva. Revolvieron los cajones de dos armarios y allí recogieron dos viejos relojes. Después se dirigieron a una sala de estar, donde están apilados baldes de plástico, sillas y una heladera. Allí, en un cajón de un ropero estaban los 21 mil dólares escondidos en un estuche que los intrusos se llevaron. El mueble estaba cerrado con llave, pero los ladrones no lo violentaron.

Con el botín en su poder, los desconocidos se marcharon sin que nadie haya divisado ni escuchado sus movimientos. José está convencido de que los ladrones sabían que él guardaba el efectivo en la casa. El dinero robado tenía "un valor especial" para Raso. "Estuve peleando dos años para que el banco me lo devolviera. La plata la había heredado de mi papá y eran los ahorros de toda su vida", recordó.

Raso está desocupado y, con el dinero, planeaba remodelar la casa y al mismo mismo tiempo era su sostén económico porque todavía no logró cobrar la pensión del padre. El hombre además formuló un reclamo para que se dilucide el atraco. "Se llevaron mucha plata. Esto se tiene que aclarar y deberá aparecer el culpable", se quejó.

Raso denunció el ilícito en la comisaría 12ª. Los efectivos de esa seccional y de la Brigada de Investigaciones están investigando el caso.

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Los maleantes se llevaron el dinero que Raso había logrado rescatar del corralito financiero.

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