Laberinto de pasiones

El filme cuenta un viaje hacia la identidad

"La puta y la ballena" es la quinta película de Luis Puenzo. A doce años de haber filmado "La peste", el director volvió con una historia de su propia cuño, con un elenco hispanoargentino y un costo de superproducción para los estándares argentinos, ya que el filme tuvo un presupuesto de 3,5 millones de dólares.

Junto a Leonardo Sbaraglia actúan en los roles principales Aitana Sánchez Gijón, Mercé Llorèns y Miguel Angel Solá. En roles secundarios se cuentan la primera actriz Lydia Lamaison, Belén Blanco, Pompeyo Audivert y Oscar Núñez, el actor que sorprendió este año por su papel en "Buena vida delivery", la película argentina que ganó en el Festival de Mar del Plata. Núñez ya había trabajado en otra película exitosa, en "Nueva reinas", de Fabián Bielinsky.

La película cuenta la historia de Vera, una mujer española que al mismo tiempo que descubre que padece un cáncer de mama recibe el encargo de escribir los textos para un libro de fotos de un fotógrafo argentino muerto durante la Guerra Civil Española.

Vera está casada y tiene un hijo pero la realidad de su enfermedad y la pasión que le despierta la historia del joven fotógrafo argentino la deciden a viajar a la Argentina.

En la Argentina seguirá los pasos del joven fotógrafo en un viaje que la llevará a la Patagonia y a una historia escondida, que la pondrá a prueba y la enfrentará a su deseo de sobrevivir. En el sur descubrirá el pasado de un músico ciego y proxeneta, y también la historia de una ballena que se queda varada dos veces en el mismo sitio y el destino de una corista que se prostituye.

La película tiene una trama borgiana porque muestra cómo un personaje lee en la vida de otros su propia vida. Puenzo comenzó la historia como un cuento y para el trabajo sobre el guión contó con la ayuda de su hija Lucía y de la guionista y también directora española Angeles González Sinde.

El filme fue rodado en la Patagonia, con excepción de las escenas en interiores que se llevaron adelante en Buenos Aires. La película contó con algunos detalles de creación digital como un avión de los años 30 y la ballena a la que alude el título.