| domingo, 28 de marzo de 2004 | Los tres estrenos de cine en la mira de Escenario La comedia "Alguien tiene que ceder" con Jack Nicholson y Diane Keaton; la superpromocionada "La pasión de Cristo" de Mel Gibson; y el documental argentino sobre los cartoneros "El tren blanco"; los tres estrenos de esta semana en los cines de Rosario en la mira de Escenario.
"Alguien tiene que ceder" * * * Intérpretes: Diane Keaton, Jack Nicholson y Amanda Peet. Dirección: Nancy Meyers. Género: comedia. Duración: 128 minutos. Salas: Siglo, Monumental y Village.
La directora Nancy Meyers ("Lo que ellas quieren") construyó su nueva comedia sobre una pregunta: ¿que pasaría si la madre sesentona de una joven muchacha enamora al novio bastante mayor de su hija? En concreto esto es lo que pasa en "Alguien tiene que ceder", una película pensada para el lucimiento actoral de Diane Keaton, que a veces está bien pero otras parece sólo una mujer histérica empeñada en que reconozcan su genialidad. La contraposición entre juventud y madurez de tercera edad rinde sus resultados y la película avanza con un ritmo que permite una cuantas sonrisas. Quizá lo mejor sea Jack Nicholson aceptando tomarse un poco el pelo en papel de un soltero amante de la jóvenes que un día dice descubrir el encanto de las mujeres mayores de sesenta. Sobria y bastante previsible, la película sirve para pasar un par de horas sin terminar de sentir que se perdió el tiempo.
F.T.
"La pasión de Cristo" * * Intérpretes: Jim Caviezel, Monica Belluci y Maia Morgenstern. Dirección: Mel Gibson. Género: drama. Duración: 124 minutos. Salas: Del Siglo, Monumental y Village.
La nueva película de Mel Gibson no brinda nada nuevo sobre la figura de Jesús. Su única novedad, y de hecho su gran rédito, es mostrar sangrientamente el castigo sufrido por el hijo del dios de los católicos. En ese sentido es un filme sensacionalista, que apunta a conmover desde el golpe bajo. A pesar de todo, el poder de la historia es tan fuerte, que resulta difícil quedar al margen de la cuestión. Los malentendidos que ha generado esta película son numerosos. Por eso es difícil referirse a ella sólo en términos de apreciación cinematográfica. En ese aspecto, la película es muy pobre. El Cristo de Jim Caviezel es una especie de marioneta a la que le propinan golpes de todo tipo. No es falla del actor sino del director, que se ha ocupado de que no falten los hitos del vía crucis en la historia pero la ha alejado de lo humano, en un baño de sangre propio del cine gore. Y en cuanto a la religión, lo mejor es pensar lo que dijo David Mamet: si alguien quiere religión, que vaya a la iglesia.
F.T.
"El tren blanco" * * Guión y dirección: Nahuel García, Ramiro García y Sheila P. Giménez. Fotografía: Gabriel Villazón. Sonido: Gerardo Kalmar. Duración: 80 minutos. Sala: Del Siglo.
"El tren blanco" refleja la cotidianidad de los cartoneros. El concesionario del ramal ferroviario que termina en la localidad de José León Suárez destinó unos vagones para transportar a aquellos que desarrollan esa actividad en la ciudad de Buenos Aires. La película, cuya intención de dejar registro de la realidad, tiene su costado débil en el análisis del contexto y las razones que se da el fenómeno. Los directores muestran la situación de precariedad social y económica, pero las imágenes no alcanzan para explicar cómo se genera y porqué se profundiza esa situación. La idea más potente del filme radica en el nombre. Que sea blanco no implica ninguna referencia poética. Es, en el mejor de los casos, una ironía discriminatoria: el blanco es el color elegido para diferenciar a esos vagones que transportan a una parte de la sociedad que vive de los desechos que genera la otra, y que no viaja en el tren blanco.
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