Revocaron el sobreseimiento de Sergio Boja

Niegan que un camionero haya matado en legítima defensa

Nuevo giro en la causa por la muerte de Cristian Espinoza, ocurrida en abril de 2002

El camionero que en abril de 2002 mató a un joven ante la sospecha de que se trataba de un ladrón no actuó en legítima defensa al dispararle un escopetazo cuando merodeaba junto a su vehículo con la carga completa. Así lo estableció la Cámara Penal luego de repasar por segunda vez el controvertido caso, en el que un juez de primera instancia había resuelto que el chofer tiró en defensa de su propia vida. Para los camaristas no fue así porque el transportista, oculto detrás de una reja, no corrió peligro alguno y en última instancia lo que intentó proteger fueron sus bienes. El sobreseimiento que dejaba al chofer fuera del proceso fue revocado y ahora el juez de Instrucción deberá buscarle otro encuadre a la causa.

Es la segunda vez que la Sala IV de la Cámara Penal revierte la decisión del juez de Instrucción Osvaldo Barbero en la causa que tiene como imputado al camionero Sergio Boja, de 37 años. La primera vez Barbero le había dictado la falta de mérito y el mismo tribunal superior entendió que la investigación, lejos de acabar, debía profundizarse.

Tiempo después, el 31 de octubre pasado, Barbero sobreseyó al transportista al entender que todas las pruebas convergían en una sola hipótesis: la de que disparó en defensa de su vida y por lo tanto la muerte del muchacho, Cristian Espinoza, de 20 años, estuvo justificada.

Pero ahora la Cámara volvió a disentir con Barbero: dejó sin efecto el sobreseimiento y sostuvo que de ningún modo la conducta del chofer puede encuadrarse como un acto de legítima defensa, porque su vida no corrió peligro al asomarse a una reja de su casa de Vera Mujica al 3400 la noche del 11 de abril de 2002. Boja sostuvo que esa noche, alrededor de las 22.30, su mujer le dijo que había escuchado ruidos en el camión, que estaba estacionado en frente y listo para partir esa misma madrugada.

Ante el temor de que robaran los productos de almacén que había en el camión, Boja tomó una vieja escopeta que pertenecía a su abuelo y se acercó a una reja del frente desde la cual asegura que observó, trepados a la cabina del camión, a dos hombres que según él estaban armados. El chofer dijo que desde ese lugar se le escapó un disparo "al golpear el caño del arma con los hierros de la reja".

El escopetazo dio de lleno en la ingle de Cristian Espinoza y le provocó una intensa hemorragia que lo llevó a la muerte. La madre de Espinoza, Nora Ojeda, quien integra la agrupación Padres del Dolor, sostiene que su hijo estaba orinando junto al camión cuando recibió el disparo letal.

Ahora los camaristas Rubén Jukic, Guillermo Fierro y Antonio Paolicelli concluyeron que la situación en la que incurrió Boja dos años atrás distó de ser un acto de legítima defensa: los presuntos delincuentes no intentaron ingresar a la casa, Boja nunca se expuso al riesgo de un enfrentamiento armado y las armas de los supuestos maleantes nunca fueron halladas.

Esto desnuda, para los jueces, la desproporción ente la agresión sufrida y la reacción del camionero. La posibilidad de que el tiro haya sido accidental, como declaró Boja, fue desechada por los peritos.

Así, los jueces de la Sala IV revocaron el sobreseimiento del chofer y le pidieron al juez Barbero que evalúe nuevamente el caso para imputarle al camionero otra figura penal. Y aunque destacaron que el disparo se produjo "en forma horizontal" y con altas probabilidades de acertar, entendieron que el chofer tampoco cometió un homicidio con dolo directo, es decir, con plena intención de matar.

Nora Ojeda, madre de Espinoza, en un acto de reclamo por la investigación.