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 domingo, 07 de marzo de 2004

Investigan demencial agresión en Capitán Bermúdez
Asesinó a una joven e hirió a otra y a un vecino que intentó defenderlas
El agresor fue detenido en su casa. Presumen que trataba de vengarse del padre de una de las víctimas

Eduardo Caniglia / La Capital

Jesica Moreta, de 15 años, y Jesica Luciana Villarreal, de 18, asistían a la misma escuela de Capitán Bermúdez. En la madrugada de ayer, habían salido de la casa de la menor de las chicas para ir a bailar a un boliche de esa ciudad. Tal vez nunca imaginaron que el vecino con el que se encontraron en el trayecto desataría la tragedia que ocurriría poco después, aunque ya conocían sus antecedentes violentos. El sujeto primero atacó a Villareal y le asestó una certera puñalada en el corazón. La chica se desplomó y murió en el acto. Su amiga sólo atinó a correr para escapar del agresor. No pudo llegar muy lejos. El atacante la alcanzó a las dos cuadras y le infligió tres cuchilladas. Los gritos desesperados de la joven pidiendo ayuda sobresaltaron a un vecino. El hombre salió a la calle para defender a la chica y libró una batalla desigual con el sujeto. Recibió dos puñaladas y debió ser internado en el hospital de Granadero Baigorria. El atacante fue detenido poco después del violento episodio cuando dormía en su casa ubicada a una cuadra y media del escenario del crimen.

Los investigadores judiciales no conocían los motivos que llevaron al homicida a cometer el demencial ataque, pero los familiares de la chica que sobrevivió confiaron que el episodio es el desenlace de una venganza. "El tipo había tenido un problema personal con el padre de la nena y había prometido que se iba a vengar con mi sobrina", explicó una tía de Jesica. Las amenazas que sufrió la adolescente comenzaron el año pasado, pero ayer a la tarde nadie se explicaba por qué el homicida mató a la otra chica.


Sin mediar palabra
Jesica Moreta vive con sus padres en una casa de Chile al 400, en Capitán Bermúdez, en el barrio Celulosa. Luciana Villareal vivía en Serodino, pero solía pasar algunos días con su hermana en Fray Luis Beltrán. Las dos asisten a una escuela técnica de Capitán Bermúdez. Jesica iba a comenzar el 9º año al igual que Luciana. "Estaba contenta (Luciana) porque el viernes había rendido bien una materia y había pasado a 9ª", comentó la madre de Jesica, Mónica Lepez. Todos los fines de semana se juntaban en la casa de Villareal para ir a bailar al boliche Marea.

Cerca de la 1 de ayer, caminaban en dirección a la discoteca. Ya habían recorrido dos cuadras de tierra cuando se toparon con el agresor. El hombre pasó delante de las dos chicas e imprevistamente se dio vuelta y se acercó a las chicas. Luciana se quedó inmóvil cuando vio que el sujeto tenía un cuchillo en sus manos. Apenas tuvo tiempo de comentarle a su amiga que el hombre estaba armado. El sujeto le asestó una puñalada que le perforó el corazón. Casi agonizante, intentó regresar a la casa de Jesica. Caminó unos metros y cayó fulminada al suelo.

Desesperada,Jesica Moreta corrió en sentido contrario mientras el hombre pisaba sus talones con su paso apurado y nervioso. La chica llegó al cruce de Brasil y Córdoba y ya no pudo correr más. El agresor ya la había alcanzado. "Le pegó dos puñaladas, pero mi hija siguió corriendo. Cruzó Córdoba. Entonces la agarró de los pelos, la arrastró unos metros y le dio la tercera cuchillada", explicó Lepez.

Los gritos desesperados de Jesica pidiendo ayuda, con su ropa desgarrada, eran tan estridentes que los escuchó Sebastián Rovetto, de 48 años. El hombre vive en una casa ubicada en la esquina de Brasil y Córdoba y creyó que los ruegos eran de su hija de 15 años que había ido al boliche Marea.


A un vecino
Rovetto vio al hombre, "conocido en el barrio por sus antecedentes penales", con un cuchillo tramontina que rozaba el cuello de Jesica. El vecino estaba desarmado y le propinó una trompada al atacante. Y su contendiente respondió con un puntazo, que le atravesó el intercostal derecho.

Los dos hombres forcejearon y enseguida Rovetto recibió la segunda cuchillada que dio de lleno en el costado opuesto. Mientras su agresor escapó, fue asistido por una ambulancia que intentó llevarlo hasta Rosario pero debió detenerse en el policlínico Eva Perón de Granadero Baigorria porque se desangraba. Por su parte, Jesica Moreta rogaba a los vecinos que acudieran a buscar a su amiga, que yacía sobre la calle Córdoba al 300.

Rovetto debió ser operado porque las puñaladas atravesaron el pulmón y el hígado. "Le abrieron el tórax para limpiarlo y le colocaron cinco drenajes. Y está asistido con oxígeno", explicó su esposa, María Elena Cece.

A Jesica, los médicos debieron suturarle las heridas que le provocaron los cuatro puntazos. Uno de ellos atravesó la axila derecha y otro lesionó la cara de la chica. Ayer a la tarde, el padre todavía no se había enterado del episodio porque estaba viajando con su camión por el sur del país.

Poco después, la policía detuvo al hombre sindicado por Rovetto y Moreta como autor del brutal episodio. Si bien su identidad no fue proporcionada, trascendió que es de apellido Vera y que cuenta con antecedentes por hechos de violencia. El juez de instrucción Eduardo Filocco, a cargo de la investigación, trata de establecer los móviles del ataque.

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María Elena Cece y Mónica lepes, conmovidas.

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