La oposición volvió a marchar en Venezuela en repudio a la represión

Cerca de 200.000 personas reclamaron la libertad de los detenidos y la realización del referendo contra Chávez

Caracas. - Una multitudinaria marcha opositora exigió en la capital venezolana la realización del bloqueado referendo contra el presidente Hugo Chávez, al tiempo que repudió la represión militar que se desató contra las manifestaciones que en la última semana pidieron respeto por las firmas que solicitaron la consulta. Según estimó el cuerpo de bomberos de Caracas, la marcha sumó unas 200.000 personas, un récord si se tiene en cuenta el clima de temor que genera el enorme aparato de seguridad presente en Caracas. Víctimas de la represión, con vendas y brazos enyesados, denunciaron desde la tribuna montada en el acto las golpizas y trato brutal sufrido a manos de la Guardia Nacional, la policía militarizada venezolana.

La marcha terminó con un mitin político en el que los oradores llamaron a la unidad para presionar por el referéndum, al que han dado su apoyo en estos días la OEA y la Unión Europea. El principal orador, el veterano dirigente de izquierda Pompeyo Márquez, garantizó a los presentes que la oposición no está negociando las firmas que se presentaron para solicitar la consulta y que seguirá exigiendo una salida electoral a la crisis.

"No caigamos en la trampa de decir que las firmas se están negociando, nadie está negociando nada. La Organización de Estados Americanos (OEA) y del Centro Carter nos dijeron que todavía no está cerrada la vía del referéndum. Aquí si se mata el referéndum no será por culpa nuestra, si se mata el referéndum es porque el autócrata tiene miedo a contarse", afirmó a la multitud. Márquez ha surgido como la voz moderada de la Coordinadora Democrática, que se ha divido ante la disyuntiva de aceptar o rechazar el procedimiento de ratificación de unas 800.000 firmas que observó el organismo electoral. Al restar estas firmas, el total válido, algo más de 1,8 millón, quedó por debajo de los 2,45 millones que se necesitan para convocar al referendo. Esto desató el viernes 27 de febrero las protestas, que recibieron una inusitadamente dura represión por la policía, la Guardia Nacional y los servicios de inteligencia. Al menos 9 personas murieron a balazos en estos choques, que se sucedieron durante casi una semana. El organismo de derechos humanos Human Rigths Watch reclamó una investigación sobre las denuncias de abusos con los centenares de detenidos, algunos d elos cuales ayer se subieron al estrado para mostrar sus lesiones y denunciar las golpizas y amenazas recibidas por los uniformados.

Márquez, un octogenario que fue combatiente guerrillero, dijo que en sus años de lucha nunca vio tanta saña como la que presenció en los últimos días con la represión militar a las protestas que exigían la consulta electoral. Agregó que es necesario insistir en una salida electoral que permita "acabar con el odio" y luego recomponer a la Fuerza Armada, a la industria petrolera y mejorar la economía.

Los otros oradores advirtieron que el pueblo seguirá en la calle en "resistencia civil" y reclamando el referéndum como la salida pacífica a la crisis. También exigieron castigo a los responsables de la represión que dejó un saldo de nueve muertos y, según sostienen, nueve torturados, 397 detenidos y 1.650 heridos.

La alianza opositora Coordinadora Democrática informó que está llevando un registro de los muertos, heridos y detenidos a fin de elevar la denuncia por violación de derechos humanos ante los organismos internacionales. Luego de las escenas de violencia callejera, el embajador de Venezuela en las Naciones Unidas, Milos Alcalay, renunció a su cargo manifestando su desacuerdo con la represión. Chávez alegó que se vio "obligado" a ordenar la ola represiva ante los desbordes de las protestas.

Una de las seis columnas de protesta en Caracas.