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 domingo, 07 de marzo de 2004

Belleza y salud: Cabellos fuertes y vigorosos

Un pelo brillante y vigoroso es señal de salud. Algunos cuidados pueden ayudar a fortalecerlo. Primero es importante conocer su anatomía y descubrir qué cuidados necesita.

El cabello está formado por la parte externa, que es el tallo piloso y la interna o folículo. La porción externa o cabello propiamente dicho consta de médula, cortex y cutícula. En cambio, el folículo piloso se encuentra en el interior del cuero cabello y a través de él llegan los elementos nutritivos.

Para tener un cabello fuerte y sano es importante que lleguen a él los nutrientes necesarios. El cuero cabelludo debe mantener una irrigación adecuada. Los masajes regulares en la cabeza ayudan a aumentar la circulación. Cinco minutos de masaje diario pueden evitar en muchos casos la caída demasiado prematura, aunque es difícil luchar contra el factor hereditario y las hormonas masculinas causantes en la mayoría de los casos de las alopecias en varones jóvenes.

El ritmo del crecimiento del pelo varía de una persona a otra, incluso entre razas, pero el promedio es entre 0,25 y 0,50 mmm al día. En general suele ser mayor en el varón que en las mujeres.

Este ritmo no se modifica por el lavado, los ciclos menstruales, o el ciclo día-noche, pero sí por las fases de la luna, ya que crece más cuando está en cuarto creciente.

Problemas frecuentes

* Caída: en general es de origen hereditario, sobre todo en los hombres. Otras veces se encuentra asociada a la caspa grasa o bien se manifiesta después de enfermedades infecciosas o de situaciones de estrés (exceso de trabajo, shock emocional) o incluso luego del embarazo.

La solución en caso de embarazo o enfermedad es sólo un poco de paciencia. Si no es así pueden ser útiles los complejos vitamínicos o hierro (sólo con receta médica) que refuerzan y nutren el bulbo capilar.

Los masajes en el cuero cabelludo suelen tener un buen resultado si se tiene la paciencia de hacerlos cinco minutos todos los días. Al aportar más sangre al bulbo piloso, aumenta el aporta de nutrientes. De vez en cuando no está de más hacerse alguna mascarilla nutritiva con dos cucharadas soperas de aceite de almendras dulces o de coco, medio yogur y una cucharadita de miel.

* Exceso de grasa: son cabellos pesados, brillantes, con tendencia a pegarse unos con otros. Necesitan lavados frecuentes ya que producen exceso de sebo, sustancia grasa formada normalmente por las glándulas sebáceas. Cuando se altera el mecanismo natural de producción aparece la seborrea e incluso la hiperseborrea. Esto puede ser de origen hereditario aunque se agrava con las alteraciones hormonales e incluso con el estrés.

En este caso son necesarios lavados frecuentes aunque suaves y sin masajear demasiado, ya que de otro modo se estimula la secreción de sebo. Lo ideal es alternar champúes de uso frecuente con otros específicos para cabello graso. En este caso son útiles los productos a base de plantas como la soponaria, que lava sin alterar ni agredir el cuero cabelludo; la tormentila, que cierra los poros y recubre el pelo; la capuchina, que estabiliza el flujo sebáceo; la bardana, que regulariza el flujo sebáceo, y el espino blanco, que calma la picazón.

Deben evitar los los peinados y cepillados demasiado intensos ya que favorecen la distribución de la grasa. El sol y los factores externos no lo afectan.

* Caspa: se trata de la producción excesiva de escamas o células muertas. Puede ser grasa o seca. En el primero, las escamas se amontonan en placas grasas sobre el cuero cabelludo al que se unen firmemente. A menudo, la presencia de estas escamas se acompaña de picazón.

Sus causas pueden ser hereditarias, pero a menudo se asocia a problemas emocionales, ansiedad y estrés. Cuando hay exceso de grasa en el cuero cabello y penetra en los folículos pilosos impidiendo el crecimiento del cabello, puede ser una de las causas de caída prematura.

Un método natural para eliminar las capas de grasa es hacerse mascarillas capilares con aceite de jojoba. Por la noche, poner 15 o 20 gotas de aceite en el cuero cabelludo con un ligero masaje y luego dejarlo toda la noche. A la mañana siguiente lavarse la cabeza normalmente. Un día a la semana hacerse una mascarilla con este aceite y unas gotas de vinagre. Se aplica 20 minutos y luego se lava el pelo con un buen masaje. Al tiempo, el cabello se vuelve más fuerte, saludable y menos graso.

La caspa seca son pequeñas partículas blancas que caen sobre los hombros. Esto se produce a causa de una desorganización de la actividad celular. Las células queratinizadas del cuero cabelludo se multiplican y renuevan rápidamente. Una cantidad elevada de células muertas se acumula en la superficie del cuero cabeludo que se descama en exceso.

Lavar el cabello con champú suave y nutritivo además de tratarlo como cabello seco es lo más adecuado.

* Sequedad: los cabellos secos no tienen brillo y se suelen enredar con facilidad por la falta de queratina que hace que sus escamas se abran y se deshidraten. Esto puede originarse por causas químicas, como el uso frecuente de tintes y decolorantes. Conviene lavarlo con un champú adecuado dos o tres veces por semana. Son ideales los champúes a bases de aceites como el de coco, que devuelve brillo y esplendor; avellana, que lo fortalece, o almendras, que lo nutre y suaviza.

Algunos productos llevan derivados de la leche y lecitinas que reconstruyen los tallos capilares. Estos se pueden alternar con otros a base de plantas (camomila, hamamelis o hiperico, que suavizan e hidratan, o salvia, que estimula y lo deja más saludable).

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