| domingo, 29 de febrero de 2004 | El lugar soñado Helena Berestain (*) En un escenario maravillosamente puro, donde la roca y los verdes se fusionan entre arroyitos y fauna silvestre, se despereza una ciudad. A decir de Oliverio Girondo: "donde las montañas decidieron acampar". Mitad pueblo, mitad gran urbe, goza de una actividad cultural y nocturna digna de una capital.
Allí esta, al alcance de la mano. A escala humana y a 360 kilómetros de Buenos Aires y a tan solo 3 horas y media de auto.
Es un sitio para descansar, relajarse y también para liberar adrenalina en aventuras inolvidables.
Su "estilo" no cambia porque lleguen viajeros. El trato de sus pobladores sigue siendo genuino, amable, sólidamente servicial y sobre todo diferente.
La gastronomía está a la altura de las mayores exigencias. Se puede comenzar con la "picada" de los ya famosos quesos y salamines y continuar con las delicatessen que sorprenden al viajero.
Merecen una mención los artesanales desayunos con dulces caseros, los scones recién horneados, el pan de campo, la leche pura y la miel que todavía conserva su sabor.
Hoteles y cabañas Tandil ofrece servicio de alojamiento en hoteles, cabañas, hosterías y posadas, muchas de ellas ubicadas en magníficos entornos naturales.
La grilla de aventuras invita a cumplir el sueño más atrevido a la hora de desafiar la naturaleza. En este sentido ofrece propuestas recreativas para todas las edades y distintos niveles de dificultad.
La cultura se esparce en todos los rincones de la ciudad. La música desembarca sin aviso en cualquier restaurante para sacar notas de un piano o llenar el aire desde un violín. Una experiencia que gratifica el ánimo de los comensales.
Para grandes y chicos, para mascotas, abuelos, nietos y novios, para una escapada romántica o un clásico relax, Tandil abre sus puertas de par en par.
(*) Directora de Turismo de Tandil enviar nota por e-mail | | Fotos | | Mitad pueblo, mitad gran urbe, los paseos nocturnos ofrecen encantadoras vistas panorámicas. | | |