| sábado, 28 de febrero de 2004 | Una ceremonia que trabaja para recuperar todo el glamour perdido La 76ª entrega de los Oscar, que se celebra mañana, promete un año único Las fiestas, los detalles de la organización y la moda ocupan las horas previas al premio de Hollywood Fernando Toloza / La Capital Cirujanos plásticos, modistos y psicólogos tienen sus agendas desbordadas. El Oscar los ha puesto a trabajar bajo la consigna de que este año todas las estrellas quieren lucir lo que en la edición pasada les escamoteó la alarma por la invasión de Irak y le dio a la ceremonia un perfil político, a tal punto que la estrella de la noche fue el poco glamoroso Michael Moore con su gran documental "Bowling for Columbine". En la entrega número 76 de los máximos premios del espectáculo, todos apuestan al regreso del lujo y, por supuesto, al fabuloso negocio que se mueve detrás de las apariencias. Y mientras los artistas se acicalan, los preparativos para la gran fiesta siguen en marcha.
Para los organizadores la ceremonia del Oscar que se celebrará mañana en el teatro Kodak de Los Angeles, la prioridad es recuperar el brillo perdido. El perfil político o polémico será mantenido a coto con los cinco segundos de retraso en la transmisión. De tal manera que si alguien dice algo inconveniente, según el pudor de los organizadores, será censurado con un sonido agudo.
La temperatura de esta edición del Oscar la dieron durante la semana los cócteles, cenas de gala y desfiles de moda. Con diversas motivaciones, actores nominados y viejas glorias de Hollywood comenzaron su camino hacia la alfombra roja. Así Blake Edwards, que mañana recibirá un Oscar especial, asistió a una comida en su honor junto a su esposa, la actriz Julie Andrews.
Todo Hollywood empezó a ensayar su aspecto. Los fiestas previas son el laboratorio de la máscara final que presentarán el domingo y que será vista por el público de todo el mundo.
Las mujeres serán el blanco de todo la atención. ¿Quién no recuerda el vestido vaporoso de Halle Berry cuando recibió el Oscar como mejor actriz por su rol en "Cambio de vida"? Lástima que después lo arruinó todo con su lloroso balbuceo al recibir el premio.
El top semitransparente de Berry probablemente sea hoy más recordado que su papel en la película que compartió con Billy Bob Thornton. Philip Bloch fue el responsable del look de Berry y también tiene entre sus clientes a Nicole Kidman. La ex de Tom Cruise será presentadora del premio a mejor actor, privilegio que recibe por haber ganado como actriz protagónica el año pasado, con su papel de Virginia Woolf en "Las horas".
Kidman es una de las grandes apuestas de la noche. A pesar de actuar en la castigada "Regreso a Cold Mountain", película maltratada en todos premios anteriores y en el propio Oscar, la actriz será mimada por las cámaras.
Naomi Watts, nominada a mejor actriz protagónica por la estremecedora "21 gramos", comparte asesora de imagen con Cate Blanchet, la reina de los elfos en "El señor de los anillos". Según los especialistas, Watts no tiene de que preocuparse. La joven Keisha Castle-Hughes, nominada en la misma categoría por "Jinete de ballenas", es todo un misterio. Aunque su adolescencia la puede salvar de la mirada crítica, tanto de los especialistas en moda que suelen comentar el desfile de artista por la alfombra roja como de la audiencia televisiva, que en general disfruta a rabiar de los atuendos ridículos pero les perdona todo a los nominados jóvenes. Es un gesto tierno del que en años pasados se beneficiaron varios postulantes, entre ellos el entonces niño Haley Joel Osment, el pequeño que veía gente muerta en la innovadora "Sexto sentido".
Si Kidman tiene asegurado el glamour, el gran problema es para Renée Zellweger, quien puede ser el centro de todos los defectos. El año pasado fue criticada por su ropa y este año se asegura padecerá otra vez el suplicio porque tiene a la misma asesora del 2003. Charlize Theron evitará esos problemas sin importar qué ropa se ponga. En su rol de "Monster", filme por el que está nominada, se la ve tan espantosa, que con sólo lucir su rostro al natural habrá pasado con aprobado el compromiso. El truco de afearse siempre da resultado. Que lo diga si no Nicole Kidman, que en "Las horas" lució narigona, sucia y loca, y se llevó el premio mayor de su categoría, y nadie le criticó su look en la entrega, porque sin dudas era sensiblemente mejor al que había mostrado en la película. enviar nota por e-mail | | Fotos | | El Oscar honorario para Blake Edwards fue la excusa perfecta para una celebración. | | |