Un bebé fue golpeado por su padrastro y tiene muerte cerebral

El hombre lo revoleó en la cabina de un camión porque no dejaba de llorar

Un chiquito de un año y tres meses permanece internado en el Hospital de Niños Víctor J. Vilela con muerte cerebral tras haber sido golpeado por su padrastro, quien quedó detenido. Miguel Angel López, de 35 años, tomó a Kevin Joaquín (aparentemente del cuello) y luego lo revoleó dentro de la cabina de un camión, donde ambos se encontraban, porque el niño no dejaba de llorar.

El hecho ocurrió anteanoche frente al parador de Fighiera, a 40 kilómetros de Rosario. Poco antes, la madre del pequeño, de 25 años, se había bajado del rodado, aparentemente para buscar agua caliente. Cuando regresó, descubrió a su hijo "descompuesto", dijeron en el Vilela.

Después de ser atendido en la zona, Kevin fue derivado al hospital Provincial, donde le realizaron una tomografía. Finalmente, dada la gravedad del cuadro, llegó al Vilela cerca de la 0.30 de ayer. Una vez allí, y a instancias de los médicos, la madre denunció a su concubino, a quien se lo vio calmado, no ofreció resistencia al ser detenido y admitió el hecho.

La subdirectora del centro asistencial de la Municipalidad, María del Carmen Carradori, sostuvo que "el pequeño sufrió un traumatismo de cráneo muy grave" y que su estado es "irreversible". El chiquito arribó con una hemorragia difusa y se encuentra asistido por un respirador mecánico en la sala de cuidados intensivos.

Según el comisario Jorge Acosta, de la seccional 5ª de policía, la reacción violenta e irracional de López ocurrió el jueves a la noche cuando realizaba un viaje en su camión desde Tucumán hacia Buenos Aires, acompañado de Kevin y su madre, todos oriundos de Orán, Salta. El agresor confesó que golpeó a su hijastro con el fin de reprenderlo y, debido a las lesiones craneales, se infirió que fue lanzado contra algún sector de la cabina del vehículo.

Carradori confirmó que el chiquito ya había sido internado con fracturas en sus miembros inferiores "por una causa poco explicable".

La subdirectora del Vilela, María Carradori.