Ahora aparecen más fallas en una disco

Se trata de La Usina, donde cedió un puente de ingreso. Podía abrir para 256 personas y entraron más de mil

La disco La Usina, donde la madrugada de domingo unos 30 jóvenes cayeron al romperse la baranda de una rampa de acceso y por lo menos cinco debieron ser atendidos por la empresa Ecco, tiene capacidad para no más de 256 personas. El dato contrasta con los números aportados por distintos testigos, quienes aseguraron que no había menos de mil -algunos duplican y hasta triplican ese cálculo- y que sólo el puente sostenía en ese momento a por lo menos cien. Datos creíbles, si se tiene en cuenta que el lugar estaba desbordado y que muchos chicos quedaron afuera, sin poder entrar y sin que les devolvieran el dinero de las entradas.

"Ni a los empresarios ni a la Municipalidad les importa controlar el factor ocupacional. Los bolicheros venden entradas a destajo y el municipio no ejerce su poder de policía en ese control. Ese día, en La Usina había cuatro veces más gente que la que puede estar", disparó ayer el concejal José Elmir, quien presidió en su momento la Comisión Investigadora de Registración e Inspección y había tomado a La Usina como "caso testigo de irregularidades que se pasaban por alto".

Elmir presentará hoy un pedido de informes para que la Municipalidad dé explicaciones sobre los "procedimientos, trámites y documentación relativa a la habilitación, viabilidad, planos con final de obra, condiciones de seguridad, inspección y control, y cantidad de personas concurrentes de acuerdo al factor ocupacional" (ver aparte).

Según el concejal, cuando la comisión investigadora emitió su informe dejó sentadas algunas irregularidades sobre el funcionamiento del boliche. "No tiene plano conforme a final de obra, que debe presentarse para obtener la habilitación municipal, la salida de emergencia da al río, cosa que no corresponde, y el factor ocupacional no se respeta, ni se hace respetar", ejemplificó, convencido de que "habrá que investigar cómo se les dio la habilitación".

Además de los jóvenes que sufrieron el accidente, hubo otros que no pudieron entrar. Tal es el caso de Matías, quien quiso después reclamar el dinero de la entrada y no pudo acceder a los responsables de la disco, ni con nadie que diera la cara.

Mientras tanto, y a medida que pasan las horas, los llamados y mails de personas que conocieron el hecho se multiplican. María Alejandra aseguró que en el lugar había unos 3 mil asistentes, y lamentó que además de existir inseguridad en las calles, "también hay que sufrir la inseguridad en los lugares donde nos vamos a divertir".

En otra comunicación, un lector denunció que en ningún momento se paró la música y se preguntó si efectivamente habrá tenido habilitación. De hecho, la primera información del accidente llegó a este diario por el llamado de otro lector, que no se identificó, pero que disparó las averiguaciones.

Amanda Toledo es la madre de una joven que, según la mujer, "fue la primera en caer" y terminó "llena de lastimaduras". Amanda cree que es "mentira" que clausuraron el boliche, y que la actividad "no tiene ningún control. La Usina estaba funcionando y repleta de miles de chicos cuando pasó eso", remató indignada.

Es que, según se informó desde la Municipalidad, los inspectores llegaron una hora antes del accidente y clausuraron el local por "falta de higiene y mal estado de las instalaciones sanitarias", aunque no se desalojó el lugar, sino que se dijo a los encargados que lo evacuaran. "Esa es otra irregularidad. Hay una ordenanza de procedimiento que rige la forma en que deben llevarse a cabo las inspecciones. Y allí se establece que esas clausuras se tienen que hacer antes de que el local abra. ¿Cómo es que se clausura un boliche y no se pone la faja? ¿Clausuran, se van y dejan todo como está? ¿O los responsables violan las clausuras?" se preguntó por último Elmir.