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 domingo, 22 de febrero de 2004

Reedición
Segunda entrega de poemas de Hugo Diz
Ciudad Gótica publica este mes otro tomo de obras de Hugo Diz. Aquí se reproduce el prólogo

Jorge Fondebrider

Los libros que componen este segundo volumen de "Palabras a mano", de Hugo Diz, fueron escritos entre 1980 y 1995, y publicados entre 1985 y 1997. Acaso ese leve desfasaje entre las circunstancias de su redacción y el momento de su efectiva llegada al lector merezca algunas observaciones. La primera, la más evidente, se refiere a las condiciones bajo las cuales fueron escritos los primeros textos de este libro, sobre todo si se tiene en cuenta que muchos de los poemas de "Las alas y las ráfagas" (1980-1984) fueron compuestos durante los últimos años de la dictadura militar. En el período, como es de público conocimiento, muchos escritores velaron lo que escribieron por estrictas razones de seguridad. Las estrategias de escritura que caracterizan la época podrían plantearse en los siguientes términos: un discurso oblicuo que marca una evidente fractura respecto de la poesía inmediatamente anterior, un desplazamiento de los grandes temas a la esfera de la propia intimidad, la búsqueda de un centro ubicado fuera del entorno social inmediato. Se comprenderá por lo dicho que Diz, como tantos otros poetas de su tiempo, se vio obligado a modificar violentamente su tono. Interrogado sobre ese cambio, respondió: "La realidad se había puesto solemne. Uno desconfiaba de todo. De ahí un posible tono elegíaco porque, fuera de la elegía y del homenaje, no habla lugar para casi nada". Con todo, Diz trató de mantenerse coherente consigo mismo. Así, los desaparecidos de la sección "Iniciales y nombres" recuperaron tímidamente la palabra en textos como "H.C." (por Haroldo Conti) o "Carta de Tilo" (por Tilo Wenner); mientras que la guerra de Malvinas, mencionada en los poemas de la sección "Archipiélagos" se confundió con hechos de diversa índole -pública y privada-, ocurridos en otras islas, acaso más presentes en la vida de cualquiera que viva cerca del Paraná.

Así planteadas las cosas, el paisaje -como también puede comprobarse en "A través de los ríos y los mares" (1985) y, más tarde, en "Ventanal" (1989-1990)- se irá haciendo paulatinamente central. Al hacérselo notar y al plantearle una genealogía posible que, por sus orígenes, se remonta a Juan L. Ortiz, Diz responde: "Desde chico he convivido con el río y las islas. A pesar del carácter urbano que puedan presentar, esa naturaleza nunca se apartó demasiado de mis poemas. Es posible que, al conocer a Ortiz, ese paisaje se haya vuelto más vivo o, para decirlo de otro modo, quizás el poeta entrerriano le haya otorgado una ciudadanía posible".

Entre 1986 y 1987 fueron compuestos los poemas de "Baladas para Marie", probablemente uno de los textos centrales del volumen. "Marie -dice Diz- no es una sola mujer, sino muchas. Como tanguero que soy, quise que todas ellas hablaran con la erre, para engrupirnos. El libro, dividido en distintas partes -que estructuralmente tienen que ver con las diferentes andanzas de Marie-, finge estar escrito por un autor, aunque también hablan otros enamorados de Marie y ella misma". De todos los tonos posibles que exhibe la estructura, sorprende sin duda la sección de "Graffitis". "Tienen por intención -agrega Diz- romper la secuencia y, a la vez, protestar, si cabe ponerlo así, contra el amor contrariado, haciendo que el amor de uno sea de muchos, sin escamotear la grosería".

La serie de textos que completan este segundo tomo está agrupada en "La lírica y el exabrupto" (1994-1995). Tal vez convenga ubicar esos últimos fragmentos en la línea inaugurada por Baldomero Fernández Moreno en La mariposa y la viga o, más apropiadamente, en la de las distintas series de Ambages, de César Fernández Moreno. Inteligentes, irónicos y, por momentos, sumamente precisos, los textos de esta sección abren un nuevo itinerario en la lírica de Diz, arrojando nueva luz sobre algunas de las zonas antes transitadas por su poesía.

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