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 domingo, 22 de febrero de 2004

Cromoterapia: Virtudes de los colores

Cada color tiene una vibración particular que penetra en el organismo por acción de la luz eléctrica o solar a través de la ropa, capaz de minimizar y hasta curar ciertos problemas físicos y psíquicos, por lo que saber qué ponerse cada día parecería ir mucho más allá que la mera estética que impone la moda.

Si se está nervioso, por ejemplo, ponerse una camisa azul ayudará a serenarse y mirar los problemas con cierta frialdad; pero si una noche de frío se tienen los pies helados, unas medias coloradas asegurarán tanto calor como una bolsa de agua caliente.

Con fundamentos de la química orgánica, la medicina alternativa tomó debida cuenta de las virtudes de los colores e implementó diversos sistemas de curación que se agrupan bajo el nombre genérico de cromoterapia, término que suplanta a los "templos de luz" que para igual fin usaban los faraones egipcios.

Uno de los nuevos sistemas de cromoterapia fue ampliamente utilizado y probado por médicos de EEUU, en especial desde que la doctora Kate Baldwin lo aplicó en el Hospital de Filadelfia.

También se han hecho con éxito en las últimas décadas aplicaciones de cromoterapia de 6 y hasta 12 colores en Rusia, Gran Bretaña, España, Francia, Italia y Suiza.

El caso es que al vestirse, colocarse bajo un vitraux, prender una lámpara o una vela, la gente también está ejerciendo este método de armonización, que bien usado favorece la sanación natural de ciertas enfermedades; aunque claro, el resultado suele ser anárquico porque pocos saben qué función cumple cada color.

Sucede que estos corresponden a vibraciones que tienen velocidades, longitudes y ritmos de ondas diferentes, y que ejercen una influencia física, psíquica y emocional de la que en general no se es consciente.

Se ha comprobado que las personas que varían diariamente los colores de su ropa, tienen más tendencia a mantenerse sanas.

El objetivo de la cromoterapia es combatir los males que alteran el buen funcionamiento orgánico, haciendo que la vibración de los colores se ponga en resonancia con la vibración del campo bioenergético. Cuando por diferentes razones esta vibración se encuentra alterada, el color posibilita restaurarlo.

Los tratamientos van desde la simple corrección de un estado de ánimo, hasta la solución o minimización de graves problemas de salud como hipertensión, obesidad, problemas óseos, musculares, glandulares y orgánicos.

La cromoterapia no tiene límites en cuanto al tipo de tratamientos, si bien los resultados en algunos casos pueden ser más visibles que en otros, y en ningún caso dañinos.

Ciertos colores son astringentes, como el rojo, el naranja o el amarillo. El azul ayuda a la extroversión, mientras que el rojo permite la introversión, y cada uno de ellos tiene una aplicación determinada frente a diferentes enfermedades.

El rojo y el naranja hacen subir la temperatura, son los llamados colores calientes, de allí que en la construcción se prefieran los techos de tejas de ese color para atemperar el frío.

Por lo contrario, el azul, el índigo o el gris son colores fríos; justamente por eso las membranas asfálticas de los techos tienen una faz plateada que rechaza la radiación y mantiene frescas las habitaciones.

Pero esto no sólo pasa con los techos: el color también ingresa al cuerpo a través de la vestimenta por acción de los rayos solares o la luz artificial.

Hoy, en medicina alternativa, se utilizan rayos de luz halógena de 100 a 300 watts con filtros cromáticos -el aparato puede fabricarse en casa- que son aplicados sobre la piel, a la altura del órgano doliente, para mejorar su función; y linternas o lámparas de hasta 60 watts, para aplicar sobre los ojos a fin de estabilizar el estado de ánimo.

En la última década, en Europa y especialmente en España, muchos centros termales incorporaron la cromoterapia, y también la aromoterapia a sus tratamientos contra la artritis, la artrosis, el reuma y el estrés, con singular suceso.


Aplicaciones
Las sesiones de cromoterapia pueden repetirse una o dos veces por día durante varias semanas, duran escasos minutos y no poseen ninguna contraindicación.

En Francia, el neuropsiquiatra Christian Agrapart y su esposa Michèle, han hecho ensayos clínicos con 6 colores (rojo, amarillo, naranja, azul, verde y violeta) y lámparas de halógeno, probando su eficacia.

Ambos fundaron el Centro de Estudios e Investigaciones sobre la Energética y el Color de Lyon y publicaron en 1989 el libro "Guide thérapeutique des couleurs".

Estos médicos suelen utilizar dos colores, uno de aplicación prolongada y otro de aplicación reducida: por ejemplo, 4 minutos de rojo, seguido de otras cuatro aplicaciones reducidas de verde, de 10 segundos cada una, en secuencias espaciadas por un minuto de oscuridad.

Algunas de la recetas probadas clínicamente con buenos resultados (en todos los casos, el primer color es prolongado y el segundo reducido) son las siguientes:

* Rojo + verde: artrosis, contracturas, edema de piernas, encías rojas retraídas con dientes flojos, escaras, estrías, flebitis, hematomas, resfríos, traumatismos, úlcera varicosa, várices, verrugas.

* Naranja + azul: cicatrización pos operatoria, ardores por herpes, acné, bronquitis, ciática, conjuntivitis, extracción de muela, artritis, eczema con comezón o pus, hemorragia nasal, gota, hemorroide, orzuelo, otitis, quemaduras.

* Azul+ naranja: cistitis, espasmo nefrítico, colitis, calambres de estómago.

* Verde + rojo: aftas, ardor de estómago, cicatriz edematosa, colitis, gastritis, picaduras, herpes (tratamiento precoz).

* Naranja + verde: cicatriz inflamada, psoriasis.

Para las aplicaciones oculares, los tiempos son otros: se hacen 4 aplicaciones de 7 segundos con los ojos abiertos, con un minuto de oscuridad cada vez, cuando se utiliza un solo color; y en el caso de que sean dos, el primero se usará durante medio minuto, seguido de cuatro aplicaciones de 7 segundos del color complementario. Aquí, una pequeña guía:

* Violeta + amarillo: epilepsia, espasmofilia.

* Rojo: angustia posterior a un choque afectivo.

* Naranja: fiebre por insolación, cefaleas, hipertensión arterial, insomnio, nerviosismo, irritabilidad, sudoración de manos y pies.

* Verde: cefalea, dificultad para conciliar el sueño.



Ana María Bertolini



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