Mayor flexibidad

Pies en libertad

El verano favorece la posibilidad de andar descalzos la mayor parte del día, y también de caminar sobre terrenos blandos como el pasto o la arena. Hay dos situaciones que deterioran los pies a diario y que los habitantes de las ciudades nunca pueden evitar: el uso de zapatos y los pisos duros, y una tercera que podría pensarse como un obstáculo solucionable en las prácticas físicas si se tomara conciencia de su importancia, y es la manera en que se dirige el cuerpo al caminar, especialmente la dirección de la pelvis, las rodillas y los pies.

Aún resuenan las voces de algunas madres obligando a sus hijos a ponerse los zapatos aunque las condiciones externas no los requieran. También hay personas que no toman en cuenta en la elección del calzado, lo que es más apropiado para que el pie no se deforme. Al respecto Francoise Mézieres dice: "No es posible conservar la morfología perfecta del pie usando un calzado que lo oprima en lugar de limitarse a protegerlo. El calzado debería respetar el contorno del pie y permitir a los dedos la libertad de todos sus movimientos. Por el contrario, dado que el arco constituye un resorte, el interior de la suela debería ser absolutamente plano, porque es el pie el que se adapta al suelo, y no el suelo al pie, mientras que el calzado se conforma a la huella del pie. En fin, puesto que la marcha normal fuerza al ataque del suelo por el borde posterior inferior del talón, con la pierna completamente extendida, no se justifica el añadido del taco por bajo que sea"

Con respecto a las superficies por las que se camina, casi no existen sendas blandas para peatones: todos los lugares por donde la gente corre o se mueve son de cemento. Lo mismo pasa con centros deportivos donde se practican deportes, canchas de basquet o fútbol. No parece tomarse en cuenta, ni siquiera percibirse el impacto traumático al que se somete al cuerpo cuando se mueve, al correr o practicar deportes en superficies duras. Las articulaciones son las más resentidas.

En relación con el alineamiento de las piernas y los pies al caminar, la doctora Ida Rolf dice: "La desviación de los dedos hacia afuera es la más común de todas las formas incorrectas del uso del pie y en realidad es una pena, porque se trata de algo aprendido y no de un fallo estructural natural. La comodidad de una articulación aún no sometida a los prejuicios le dice al niño que la posición preferente es la de los pies paralelos, con los dedos apuntando hacia delante. Es la más cómoda."

Observar dónde se camina, con qué calzado y de qué modo se alinean las piernas y pies durante la marcha, es una tarea que puede traer grandes beneficios en el rendimiento deportivo, un mayor estado de flexibilidad y relajación durante los movimientos cotidianos, y dar respuestas a dolores y malestares generales que pueden tener su origen en el estado de los pies.