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 domingo, 22 de febrero de 2004

Juan Pablo II condenó la fecundación asistida
Dijo que Dios desea que los niños sean engendrados durante el acto amatorio

El Papa cuestionó fuertemente la inseminación artificial durante un discurso en Roma ante los miembros de la Pontificia Academia para la Vida. "Es deseo del creador que los niños sean engendrados durante el acto amatorio", dijo el Pontífice, de 83 años. Por ello, un "acto tan valioso como ése no puede ser sustituido por una intervención técnica", que daña la dignidad de padres e hijos, subrayó.

La ciencia debe estudiar la causa de los problemas de fertilidad y debe desarrollar terapias, exigió Juan Pablo II. A la vez instó a evitar las "peligrosas manipulaciones" que acompañan a la inseminación artificial. "En juego hay valores fundamentales, no sólo para los creyentes, sino para el ser humano", advirtió.


El lugar de la ciencia
"Yo deseo alentar las investigaciones científicas efectuadas para superar naturalmente la esterilidad de los cónyuges", declaró el Pontífice y ubicó a la ciencia en el lugar de investigar las causas de la infertilidad para obtener la "superación natural de la esterilidad de los cónyuges". En tanto, reafirmó que existe un "imprescindible vínculo" entre la procreación y el matrimonio.

El hecho de que el Papa haya recibido dos veces en dos días a miembros de la Academia por la Vida, algo absolutamente singular, demuestra para los analistas en los temas referidos al Vaticano, la importancia que concede al tema tratado en la asamblea, la dignidad de la procreación humana.


De buen ánimo
Los obispos franceses de la región parisina, que realizaron una visita al Vaticano, aseguraron que Juan Pablo II estaba bastante animado y tuvo fuerza para bromear con ellos. "Bromeó con nosotros y nos dejó diciéndonos: «¡viva Francia!» en francés", dijo a los periodistas el cardenal Jean-Marie Lustiger, arzobispo de París, tras mantener un encuentro con Juan Pablo II.

"El Papa sabe escuchar", afirmó monseñor Albert de Montléon, obispo de Meaux. "Está claro que está enfermo", precisó y aclaró monseñor Lustiger. "Está claro que tiene dolor", agregó el obispo de Evry, monseñor Michel Dubost, dando cuenta de su ánimo pese a su precaria salud.

Juan Pablo II aún no renunció a viajar al extranjero pese a sus problemas de salud y todavía no dio una respuesta a las cuatro invitaciones recibidas para el 2004 (Suiza, Francia, Austria y México). El Sumo Pontífice, que padece el mal de Parkinson, tiene problemas para hablar y caminar. (DPA y Télam-SNI)

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