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 sábado, 21 de febrero de 2004

Salud y aprendizaje. El papel de los maestros
Los primeros años en la escuela, la clave para no fracasar luego

El nivel inicial de la enseñanza y los primeros años de escolaridad son clave para asegurar un buen futuro en los aprendizajes de los chicos. La afirmación corre en todos los sentidos, incluso en aquel que sirve para determinar problemas que más tarde o más temprano derivarán en fracasos escolares. María José Borsani, terapista ocupacional, otorga a los primeros años de escolaridad una importancia extrema. Tan es así que afirma que, de atender a tiempo los síntomas que avisan de posibles dificultades, evitará caer luego en fracasos anunciados.

Para Borsani, en la historia familiar del niño, el primer adulto calificado que puede reconocer posibles dificultades es el pediatra, y luego será el maestro quien aparecerá en su vida y será clave en la detección de tales problemas. En todos los casos, la especialista señala que "cuanto más temprano se atiendan los obstáculos -cualquiera sea la dimensión- más fácil será abordarlos y hasta resolverlos".

Por eso confirma su valoración por el nivel inicial, ya que en la actualidad el 90 por ciento de los chicos están incorporados a la etapa obligatoria de este nivel y es entonces donde bien se pueden prevenir futuros fracasos.

A medida que el niño crece, las dificultades van tomando distintos matices, y aquellas que son específicas del aprendizaje se van modificando en el transcurso de la escolaridad. Entre los síntomas más llamativos -agrega Borsani- están aquellos que aparecen en el jardín y en el nivel inicial, que se muestran en el retraso madurativo, pautas que no se condicen con el grupo en general, fallas psicomotoras, problemas del lenguaje, trastornos de tipo relacional o emocionales, entre otros.

En esta etapa, el juego, el grafismo y el lenguaje son los medios por lo que más se expresan las dificultades de los niños que luego pueden derivar en problemas de aprendizaje. Según añade la especialista, estas manifestaciones cambian en los primeros años de la escuela básica. "Aparecen otras dificultades en el armado de los sistemas de la representación de la escritura y la construcción de los números, que se ven en las dificultades de los niños para aprender a leer y a escribir".

Sucede -agrega- que en realidad el aprendizaje de la lectura, la escritura y los primeros números implica para los más pequeños "un trabajo arduo, angustiante, creativo, pero a la vez sumamente gratificante cuando se logra" Por eso, "si este trabajo los excede, allí es necesario hacer una consulta con un especialista".

El futuro con éxito de la escolaridad de los chicos se decide en estos primeros años, afirma la educadora. "Son cuestiones cruciales para el resto de la escuela, es básico lo que construyen en estos años, puesto que se trata del instrumento del pensar".

Una atención tardía o la falta de la misma es la que deriva más tarde en niños con serias dificultades en la escuela. "Cuando se revisa su historia escolar nos encontramos que hay una crónica de un fracaso anunciado", dice, para luego resaltar que "muchos padres confunden la espera pero el tiempo no soluciona el problema. Siempre, aunque sea doloroso o costoso, es productivo preguntarse qué le pasa a un niño que tiene dificultades para aprender". Al respecto, recuerda que las mismas pueden manifestar en sus actividades, en su vida afectiva o en su expresión lingüística.


Múltiples razones
Borsani explica que los problemas de aprendizaje responden a distintas razones. "Se producen en un contexto, no es sólo un problema que debe atender un docente o un directivo, sino que está involucrada la vida del niño y la de la institución". En este aspecto es categórica: "Cuando un niño tiene problemas en la escuela, ella debe responder como una institución, si no lo hace marcará traumáticamente al chico".

En este sentido, hace referencia a los recientes fracasos mostrados por cientos de jóvenes en su ingreso a la universidad. "Si se revisara en un análisis retrospectivo la vida de cada chico, se vería que influyen la vida personal, su historia como alumno dentro de la institución, y hasta las políticas educativas de turno han influido para su éxito o fracaso en el sistema educativo", concluye.

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Aseguran que aprender gratifica.

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