La movida inmobiliaria. Creció la demanda y los precios se recuperan

Se calienta en Rosario la compraventa de inmuebles

La zona más buscada es frente al río y los departamentos a estrenar de uno y dos dormitorios

Marcos Cicchirillo / La Capital

El mercado inmobiliario en Rosario comenzó a tomar impulso en los últimos meses y lo acompaña una progresiva recuperación de los precios medidos en dólares. El fenómeno de la soja, los fondos repatriados, los ahorros desenterrados debajo del colchón, y el escaso atractivo del sistema financiero como mecanismo de reproducción de la riqueza, calientan la compraventa de propiedades en la ciudad. Aunque en el sector notan el aumento de la demanda en general, reconocen que está más bien acotada a determinados segmentos habitacionales, por ejemplo, los edificios frente al río y los departamentos de uno o dos dormitorios para los estudiantes de padres chacareros.

Las inmobiliarias consultadas por La Capital se mostraron "optimistas" sobre las perspectivas para el 2004, al tiempo que destacan que la brecha abierta en la relación salario y los montos necesarios para la adquisición mediante financiación hipotecaria pone un freno a la movida inmobiliaria.

A diferencia del mayor movimiento que se registró en el primer semestre de 2002, marcado por la posibilidad que abrió el Estado para que los ahorristas pudieran dejar de estar acorralados mediante la compra de inmuebles, la demanda actual está dominada por los sojadólares del campo.

"La bonanza de los productores de campo se está notando con fuerza en el negocio inmobiliario", apunta el agente Pedro D`Angelo. Una opinión compartida por los empresarios del sector.

D`Angelo también resalta que en el mercado se está viendo la inversión de personas que reingresan fondos provenientes del exterior, alentada por el retraso de los precios medido en dólares de las propiedades y las bajas tasas que ofrecen los mercados internacionales. Otros agentes sindican además al blanqueo y desgravación impositiva.

Rubén Banchio, titular de la inmobiliaria que lleva su apellido, agrega entre las variables del crecimiento en la compra-venta de propiedades la recuperación de la economía y la estabilidad cambiaria. Señala que las propiedades más buscadas son las que se encuentran frente al río Paraná, los departamentos chicos a estrenar, de uno y dos dormitorios.

Roberto Moriconi, dueño de la inmobiliaria homónima, coincide con sus pares en que las propiedades a estrenar son las más buscadas, y que a pesar de que existe un mayor movimiento en el mercado del "usado" es bastante inferior al paso que marca el negocio de las "novedades".

"Desde finales de 2002 se comenzó a observar un crecimiento de relevancia en el número de propiedades que se ofrecían en el mercado, llegando a diciembre de 2003 con una oferta equiparable a la observado en el mercado hacia el año 2001", indica un informe sectorial del Centro de Estudios Políticos Estratégicos Americanos (Cepea), que lidera Cristian Módolo.

En este sentido, el trabajo señala que al mercado regresaron inmuebles que habían sido retirados "transitoriamente" debido a la incertidumbre que acompañó a la postdevaluación.

En suma, los actuales niveles de transacciones todavía están lejos de los alcanzados en 1998, algo más de la mitad de las escrituraciones alcanzadas cinco años atrás.

Algunos empresarios resaltaron que estas zonas más buscadas, junto con los barrios privados, también están siendo codiciadas por aquellas familias que buscan dejar atrás la inseguridad de los barrios denominados paquetes.

Sobre este punto, D`Angelo remarca que cada vez son más los ejecutivos porteños, que trabajan de lunes a viernes en Rosario en grandes compañías que filiales en la ciudad, que se están mudando con toda la familia para escapar del flagelo de los secuestros y alquilando sus propiedades en Buenos Aires.

Otros referentes del sector relativizan el tema de la inseguridad, por considerar que está expandida a toda la Argentina, y señalan que muchos rosarinos buscan mudarse a propiedades habitacionales más pequeñas para ajustarse a su nueva realidad económica, ya que no pueden sostener el nivel de gastos que le insumen esas enormes casas en Fisherton o Alberdi.

El efecto soja está reactivando el mercado inmobiliario.