| sábado, 07 de febrero de 2004 | Golpe letal a un mes de las presidenciales Moscú. - Primero fue un atentado en un concierto de rock al aire libre, luego estalló una bomba cerca de la Duma (el Parlamento ruso) y ayer detonó un artefacto en el metro de Moscú: La oleada de terrorismo acaba de alcanzar uno de sus momentos cumbre a tan sólo cinco semanas de las elecciones presidenciales en Rusia. Son varios los indicios que apuntan a la pista chechena. De acuerdo con todos los pronósticos, el presidente ruso, Vladimir Putin, puede estar seguro de la victoria en las urnas el 14 de marzo. Pero hasta la fecha este hombre que procede de las filas del servicio secreto todavía no ha logrado controlar el problema.
Los moscovitas temen desde hace tiempo un ataque contra su metro, uno de los más hermosos del mundo. Con sus casi nueve millones de pasajeros diarios, el metro es el corazón palpitante de la capital rusa y, por lo tanto, se convierte en un blanco ideal para terroristas.
Ciudadanos indefensos Apenas se puede impedir que en el metro de Moscú se active una granada de mano o se haga detonar un explosivo en el gigantesco sistema de túneles. En vez de constituir una eficaz protección contra los atentados, reforzar los controles policiales en las entradas al metro han contribuido más bien a intranquilizar a la población.
Al detonar el artefacto en un vagón del metro repleto de gente, los presuntos terroristas chechenos han colocado en la mirilla al "ciudadano común y corriente" que se dirige a su trabajo. Cuando en julio pasado se perpetró el ataque en un concierto al aire libre, los analistas comentaron que el objetivo era matar a jóvenes moscovitas que asistían a un "concierto decadente de rock" en venganza por la muerte de los muchos jóvenes chechenos en la guerra. El ataque junto a la Duma estatal en diciembre fue considerado una respuesta contra la victoria del Kremlin en las elecciones legislativas.
Putin fue elegido hace cuatro años con la promesa de que iba a solucionar el problema de la secesionista Chechenia, ubicada en el Cáucaso norte, donde entre tanto ya no se lleva a cabo una guerra abierta contra los rebeldes. En circunstancias dudosas, allí fue elegido un gobierno presentado por Moscú.
Para los extranjeros quizá resulte difícil de entender el entramado político ruso en los días previos a las elecciones. El presidente parece ser responsable sólo de los éxitos en el país. Pese a que el Kremlin no hace más que encajar una derrota detrás de otra en el tema de terrorismo, Putin está considerado como el claro favorito para las elecciones de marzo. Según las encuestas, cuenta con el favor de más del 70% de los electores, algo que apenas va a cambiar este último atentado. (DPA) enviar nota por e-mail | | |