| miércoles, 04 de febrero de 2004 | Un revólver 32 bajo análisis y nada más Es del calibre de la bala que mató a Sandra. Se lo secuestraron al paraguayo detenido, que hoy declara El jornalero paraguayo detenido el lunes por amenazar a dos amigas de Cabrera declarará hoy en Tribunales, tanto en la causa Correccional que lo tiene como imputado por la intimidación como en la investigación del homicidio. Es que a Darío Encica le secuestraron en su casa un revólver 32, el mismo calibre que el usado para dar muerte a Sandra Cabrera.
Los investigadores del asesinato estimaron desde un principio que el arma homicida sería un revólver Smith & Wesson. Casualidad o no, esa es la marca del arma que le incautaron al paraguayo. Las dudas serán despejadas por la pericia que el juez Carlos Carbone ordenó a expertos de Gendarmería Nacional (y no a la policía de la provincia) con el objetivo de transparentar la investigación. El resultado de esa pericia podría llegar al juzgado en un mes.
Con las conclusiones de la comisión de expertos formada para investigar el crimen, la Justicia sigue investigando el asesinato con muchos frentes abiertos y sin que una hipótesis gane peso frente a las otras. Para hoy se esperan también un careo entre una prostituta y el último policía denunciado por Cabrera por extorsión.
Los investigadores no priorizaban ayer ninguna hipótesis de las que se manejan en el crimen de Cabrera: se baraja tanto la posibilidad de que el crimen provenga de las filas policiales, de los prostíbulos afectados por las denuncias de la dirigente, del mundo del narcotráfico o del ejercicio de la prostitución por parte de la mujer.
Al mismo tiempo, el juez Carlos Carbone sigue de cerca la última denuncia que Cabrera presentó junto a su compañera Stella Maris Longoni contra el ex policía de la disuelta división Moralidad Pública, Sergio Bermejo. Las meretrices habían acusado al sargento de exigirles dinero a cambio de permitirles buscar clientes en la calle.
El policía, que negó haber cometido la extorsión, será careado esta mañana con la denunciante de la extorsión, ya que en principio no hay elementos para vincular al uniformado con el asesinato. Cuando le preguntaron si tuvo algo que ver con la muerte de Cabrera, fue tajante: "No. Soy cristiano", respondió. Es más: la misma Longoni desligó a Bermejo del homicidio.
Sí habría elementos, según fuentes del caso, para probabilizar el chantaje. Longoni había afirmado en su denuncia que el policía le exigió dinero "para irse de vacaciones". Y se comprobó que el sargento gozó de su descanso durante cuatro días sobre el fin de la primera quincena de enero, con su mujer, suegra e hijos, en un hotel de San Clemente del Tuyú.
Con el inicio de la actividad en Tribunales, Carbone comenzó a concentrar todas las causas que involucraban a Cabrera como imputada o denunciante. Las fuentes indicaron que predominan las abiertas en su contra y son, en su mayoría, denuncias por amenazas presentadas por mujeres. Asimismo, se intenta determinar si un ex policía sería el regente de un prostíbulo local, tal como lo había afirmado Helena Reynaga, la secretaria general de las meretrices a nivel nacional. Ahora la dirigente será citada a ampliar sus declaraciones periodísticas en el juzgado, a pedido del fiscal Ismael Manfrín. enviar nota por e-mail | | |