| viernes, 30 de enero de 2004 | Inundación. Prudente accionar de la policía "Los daños son incalculables" Inmediatamente, algunos lograron ingresar a las oficinas ubicadas en la planta baja pertenecientes al área de comunas y desplazarse hacia el hall principal, cuyos portones en cambio no lograron derribar.
Desde el interior del edificio agentes de la Guardia de Infantería repelieron la acción de los revoltosos pero conservando una prudente distancia para evitar entrar en contacto con los manifestantes, lo cual no sucedió en ningún momento, mientras que con mangueras extinguían los focos ígneos y arrojaban agua para dispersar a los revoltosos que a los pocos instantes, sin embargo, reiniciaban las hostilidades.
Mientras tanto, el grueso de los participantes de la concentración se limitaba a observar los graves desmanes con una mezcla de estupor e impotencia, en tanto que otros optaban por retirarse ante el cariz que tomaban los acontecimientos.
Balas de goma mediante, la violencia recién amainó pasadas las 21 cuando los exaltados comenzaron a dispersarse, luego de una hora de barbarie e irracionalidad en la que un centenar de inadaptados terminó abortando la mayor manifestación de los damnificados por la peor tragedia que registra en sus más de cuatro siglos de vida la capital santafesina.
Retornada la calma, se hizo presente en el lugar el juez de instrucción José Manuel García Porta para evaluar los daños, mientras unos pocos manifestantes abandonaban la zona prometiendo volver el próximo jueves a la Legislatura, cuando en la reanudación de las sesiones extraordinarias se trate la ley de reparación a los inundados.
A la medianoche también llegó la vicegobernadora María Eugenia Bielsa, quien mantuvo conversaciones con jefes policiales para tener una apreciación directa de los hechos.
En tanto, en el interior de la Casa Gris, despoblado de funcionarios y empleados desde las primeras horas de la tarde, las oficinas de la Subsecretaría de Comunas reflejaban en toda su dimensión los desmanes, con una devastada escenografía de computadoras y mobiliario destrozados e incinerados, vidrios rotos y agua en los pisos. Afuera se volvía a formar un ya innecesario cordón policial frente a las vallas retorcidas desparramadas sobre las veredas de la calle 3 de Febrero.
El juez Manuel García Porta dijo estar sorprendido por los daños provocados por los manifestantes. "Desde que actúo como juez, jamás vi un ataque de esta magnitud a la Casa de Gobierno. Son desmanes totales. Los daños son incalculables", admitió el magistrado. Alrededor de 15 bomberos zapadores participaron en las tareas tendientes a sofocar los focos ígneos que se registraron en el interior del edificio, y anoche realizaban las tareas de remoción de escombros y vidrios. enviar nota por e-mail | | Fotos | | Los manifestantes protestaron por la ley que impide hacer juicios al Estado. | | |