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 viernes, 30 de enero de 2004

Inundaciones. Una nueva manifestación terminó en graves incidentes
Noche de furia en Santa Fe
Manifestantes tomaron por asalto la Casa de Gobierno y destrozaron oficinas. Hay varios policías heridos

Marcelo Carné / La Capital

Santa Fe.- Al menos una decena de policías heridos y cerca de diez oficinas de la Casa de Gobierno dañadas en su totalidad fue el saldo de una jornada de furia que vivió esta capital en el marco de una manifestación convocada al cumplirse el noveno mes de las inundaciones por el desborde del río Salado.

La concentración en la Plaza de Mayo reunió a unas cinco mil personas que reclamaron subsidios integrales para los damnificados, pero con el correr de las horas los ánimos se fueron caldeando y un grupo violento que se desprendió de la multitud -no más de cincuenta jóvenes- comenzó a apedrear la fachada del sector oeste de la Casa Gris, incendió ventanales y tomó por asalto las oficinas de la Subsecretaría de Comunas provocando gravísimos destrozos.

Fuentes policiales informaron anoche que ocho policías resultaron heridos, uno de ellos con un corte de consideración en la cabeza. Cuatro de los efectivos pertenecen a la Guardia de Infantería, otros dos revistan en la Agrupación de Orden Público y los dos restantes cumplen funciones de custodia de la Casa Gris. En todos los casos se trata de lesiones provocadas por piedras y otros objetos contundentes que fueron arrojados hacia el interior del edificio gubernamental. También se indicó que no se registraron detenidos, ni se reportaron lesionados entre los manifestantes.

Los desmanes se desataron una hora y media después de iniciada la protesta, la mayor que se recuerde, incluyendo los ocho meses del gobierno de Carlos Reutemann, que sucedieron a la trágica inundación del 29 de abril de 2003.

La concentración, convocada por la Coordinadora de Barrios Inundados que montó hasta principios de enero en la Plaza de Mayo de esta ciudad la denominada Carpa Negra de la Memoria y de la Dignidad, contó también con la asistencia de otros grupos autoconvocados de damnificados.

Precisamente un minúsculo grupo que se desprendió de este último sector y a pesar de los infructuosos esfuerzos por disuadirlos en su actitud -en su mayoría eran adolescentes y hasta algunos chiquilines que apenas superaban los diez años- fue el que protagonizó los gravísimos incidentes.

Estos se originaron cuando los manifestantes comenzaron a hostigar a piedrazos los dos cordones policiales que custodiaban a los manifestantes, quienes separados por un vallado de la Casa Gris hasta ese momento se limitaban a cantar consignas insultantes contra la figura del gobernador Jorge Obeid y arrojar bombas de estruendo.

Los incidentes comenzaron a tomar mayores proporciones al retirarse los efectivos hacia el interior de la Casa Gris. El titular de la Unidad Regional I, comisario Sergio Blanche, a cargo del operativo del que participaron en total 70 efectivos, justificó ante La Capital la retirada en el hecho de que "los efectivos que se encontraban en la calle sólo tenían una función disuasiva y al no contar con escudos de protección se ordenó la retirada para preservar su integridad física".

A partir de ese momento, y por espacio de una hora, el centenar de exaltados derribó las vallas de contención y comenzó a apedrear el ala oeste del edificio del gobierno santafesino. Para ello los agresores destrozaron las losetas del piso de la Plaza de Mayo y arremetieron contra las persianas y los amplios ventanales, al tiempo que prendían fuego a las aberturas de madera.

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A la medianoche. Visiblemente consternada, la vicegobernadora María Eugenia Bielsa recibe un informe de los jefes policiales.

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