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 viernes, 30 de enero de 2004

El sargento detenido negó relación con el crimen
Dijo que puede probardónde estaba a la hora del homicidio. Sólo lo imputan por coimear a una prostituta

El policía que quedó bajo sospecha por el crimen de Sandra Cabrera a raíz de una denuncia que hizo ella cuatro días antes de que la mataran negó ayer ante un juez estar vinculado al homicidio, y aseguró que nunca la había amenazado. Aunque admitió que la conocía, dijo que puede probar dónde y con quiénes estaba a la hora del asesinato y prometió aportar evidencia en ese sentido. También rechazó la acusación que hicieron Cabrera y otra mujer, quienes dijeron que él les cobraba 50 pesos por semana para que pudieran ejercer la prostitución sin que la ahora disuelta sección Moralidad Pública las persiguiera.

El sargento Sergio Bermejo declaró ayer dos veces ante el juez de Instrucción Carlos Carbone. La primera vez negó haberle cobrado 50 pesos a una mujer identificada como Stella Maris Longoni el miércoles pasado, a modo de coima semanal para trabajar libremente en la calle.

Longoni y Cabrera habían denunciado este supuesto pago el viernes ante la fiscal Alba Olmos. Longoni se decidió a hacer la denuncia cuando descubrió que Bermejo ya no pertenecía a Moralidad Pública, repartición en cuyo nombre aparentemente recaudaba las coimas.

El martes, cuando Cabrera ya había sido asesinada, Longoni aseguró ante Carbone que Bermejo dijo que acabarían con un tiro en la cabeza si lo denunciaban. Casualmente, o no, la secretaria general de las Meretrices de Rosario murió de un tiro en la nuca. Uno de los indicios que comprometen a Bermejo con las coimas que habría cobrado a Longoni son una serie de llamadas entre los teléfonos de ambos. El policía le dijo ayer a Carbone que hablaban porque ella le había pedido algún contacto para conseguir la habilitación de un quiosco en la zona de la terminal de ómnibus, argumento que ahora el juez deberá evaluar.

"¿Usted la amenazó?", le preguntó el juez. La respuesta fue acaso la expresión más obvia de toda la declaración. "No", fue todo lo que dijo entonces el sargento.

El abogado de Bermejo, Carlos Varela, dijo que a su juicio el policía "desvirtuó" la acusación de Longoni y Cabrera, pero el juez lo imputó de amenazas o cohecho.

Al cabo de esta declaración, Carbone le tomó a Bermejo una declaración informativa sobre el crimen de Cabrera. Este tipo de procedimiento implica que el magistrado tiene algún grado de sospecha para vincularlo al delito que investiga, pero que no reúne indicios suficientes para acusarlo formalmente. En esta parte de la declaración Bermejo admitió que conocía a Cabrera. "Sí, la conocía porque la detuve hace casi un año", fue la respuesta. Sin embargo, dijo que hacía mucho que no la veía ni mantenía ningún contacto con ella.

Bermejo continuará detenido. Carbone ordenó arrestarlo el martes a la noche, el mismo día que tardíamente se enteró de la denuncia que Longoni y Cabrera habían realizado el viernes. El juez lo supo cuando fue a ver el escenario donde habían asesinado a la segunda de ellas y se enteró de boca del jefe de la UR II, José Maldonado, quien el sábado había ordenado una investigación preliminar sobre la conducta del agente a propósito de la denuncia de las dos mujeres. El abogado Varela dijo a La Capital que el juez "no tiene elementos" para vincular a Bermejo con el homicidio. Aun de esta forma no pidió su excarcelación, convencido quizás de que el juez no se la daría.

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