Año CXXXVII Nº 48282
La Ciudad
Política
Economía
La Región
El Mundo
Opinión
Información Gral
Escenario
Policiales
Cartas de lectores


suplementos
Ovación


suplementos
ediciones anteriores
Salud 28/01
Autos 28/01
Turismo 25/01
Mujer 25/01
Economía 25/01
Señales 25/01
Campo 24/01


contacto

servicios

Institucional

 viernes, 30 de enero de 2004

ANALISIS
Un gesto para evaluar después

Hernán Lascano / La Capital

Jorge Obeid asumió que el homicidio de Sandra Cabrera es, para él, un problema de poder. Resolvió que tenía que producir un acto político. Ese acto, los anuncios de ayer, son un mensaje. Con elocuente voluntad de ser un gesto de mando.

No se sabe si el criminal es un policía, pero sí se sabe que Sandra Cabrera denunciaba una práctica estructural de la policía, la explotación de la prostitución, que jamás se modificó y que la sobrevive. Eso sí le concierne al gobierno y lo obliga a intervenir. La muerte produce estas emergencias. La tortura en dependencias policiales también era algo que existía, pero cuando Miguel Duarte murió torturado en una celda policial en 1998 Obeid desmanteló Robos y Hurtos. Ahora, ante otra muerte, se liquida Moralidad Pública.

Obeid toma la iniciativa y es saludable. Con versiones que el misterio sobre el crimen alimenta -"le tiraron un cadáver", dice la más inquietante- le muestra a la policía que él es quien manda. Pero una cosa es el anuncio y otra sus efectos. Cuando se disolvió Robos y Hurtos, una sección distinguida por prácticas corruptas, se la reemplazó por la Brigada de Investigaciones. Resultaba sorprendente ver, en fotos de operativos, que el personal de la nueva dependencia era el mismo de la vieja. En septiembre pasado este diario publicó que la jueza Raquel Cosgaya liberó a dos hombres que pasaron dos meses presos porque personal de la sucesora de Robos y Hurtos les cargó un robo de 25 mil dólares en V.G. Gálvez, acusándolo con dichos de un testigo inhallable, con un reconocimiento fotográfico inducido y presiones.

En septiembre pasado, el policía Sergio Bermejo fue separado de Moralidad Pública por denuncias por extorsión a prostitutas. Fuera de su viejo puesto siguió extorsionando, según denunció Sandra Cabrera hace siete días. La conclusión es obvia: no basta suprimir una sección, o el cambio de su nomenclatura, para garantizar la erradicación de una práctica.

Pero aunque no es tiempo de celebrar, la decisión anunciada ayer no es despreciable. Junto con el cambio propuesto de los artículos que sancionan la prostitución escandalosa, que son el instrumento ambiguo que genera el histórico chantaje policial, puede representar una contribución en la medida en que el poder político y judicial ejerzan control sobre el lugar donde se genera la práctica corrupta.

Si no, todo será como el caso de las cajas negras. Una situación de corrupción estructural conocida, denunciada, investigada administrativa y judicialmente. Y, terminado el círculo sin culpables ni sanciones, saludablemente vigente.

enviar nota por e-mail

contacto
buscador

Notas Relacionadas
Impulsan el cambio de artículos que penalizan a la prostitución


  La Capital Copyright 2003 | Todos los derechos reservados