| viernes, 30 de enero de 2004 | opinion La EPE no escucha Adrián Gerber / La Capital La imagen que la gente tiene de la Empresa Provincial de la Energía (EPE) es, siendo muy benévolo, mala. Si a las altas tarifas que se pagan -una de las más onerosas del país y casi el doble de las de Buenos Aires- se le suman los periódicos cortes de energía, las razones de este descontento son más que obvias.
Pero lo que ya roza la falta de consideración, por no decir de respeto, es que encima de este oscuro panorama ni siquiera la empresa se tome la molestia de escuchar a sus clientes.
Ayer era imposible comunicarse con los teléfonos que la propia compañía tiene para recibir reclamos (no atendían o daban ocupados). Así, miles de personas estuvieron horas sin electricidad soportando altas temperaturas, y encima cuando marcaban los teléfonos de la EPE (4491501, 4497668, 4497669 y 4497670) era como si no existieran. Y en el 0-800-777-4444 sólo se oía la voz de un contestador automático que invitaba a dejar grabado el reclamo.
Desastrosas privatizaciones o empresas públicas ineficientes. Ese es el falso dilema que enfrenta permanentemente la sociedad argentina, y que es hora de romper.
La EPE, en este caso, no puede justificar su falta de inversión en infraestructura por escasez de fondos (los importes de las boletas de sus clientes son más que contundentes). Al menos, en el mientras tanto, podrían levantar el teléfono y darle una respuesta a la gente. enviar nota por e-mail | | |