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 viernes, 30 de enero de 2004

Los cortes afectaron a vecinos del macrocentro y las zonas norte y sudoeste
Cerca de 50 mil rosarinos fueron víctimas de prolongados apagones
Hubo gente que estuvo casi 17 horas sin electricidad. Si sigue el calor, los problemas pueden repetirse

Isolda Baraldi / La Capital

La peor combinación: calor y corte de luz. Esto fue lo que padecieron ayer unos 48 mil rosarinos de las zonas suroeste, norte y macrocentro, que estuvieron sin electricidad entre 10 y 17 horas, y que podrían volver a padecer lo mismo si persisten las altas temperaturas. Es que según explicó el responsable de la Empresa Provincial de la Energía (EPE) en Rosario, Eduardo Paserini, "con el calor que está haciendo, los cables no alcanzan a recuperarse durante la noche y se producen las fallas. Esto no tiene nada que ver con que el cableado sea viejo o nuevo, con estas temperaturas, fallan todos", admitió resignado.

Y los resultados están a la vista. A las 18.15 de ayer la EPE informó que desde la medianoche y hasta esa hora, 12 mil usuarios habían sufrido cortes de luz. Si se tiene en cuenta que la empresa considera "usuario" a los hogares en donde hay medidor y se estima que cada hogar tipo tiene cuatro integrantes, se puede deducir entonces que unas 48 mil personas habían quedado a oscuras.

El calvario de estos rosarinos comenzó pasada la medianoche. Así, cuando el jueves recién comenzaba, salieron de servicio 14 subestaciones de la zona suroeste de la ciudad y quedaron sin luz 5 mil usuarios, es decir, cerca de 20 mil personas.

Pero estos sufridos clientes de la EPE no quedaron solos en la madrugada. Su sufrimiento fue acompañado por los vecinos del macrocentro, donde también a la medianoche se cortó la luz, siete subestaciones salieron de servicio y unos 4 mil clientes (16 mil personas) se quedaron sin energía para sus ventiladores, aire acondicionados y heladeras.

"A las doce de la noche nos quedamos sin luz y ahí empezamos a padecer. Después a las cuatro de la mañana volvió y nos pusimos contentos pero duró una hora. Imaginate cómo dormimos o mejor dicho, como no dormimos", contó ayer con resignación Mónica, una mujer que vive en el quinto piso de un edificio de Laprida y 9 de Julio y que cerca del mediodía tomó coraje y salió en busca de algo fresco.

Mónica pudo bajar con su pequeña hija no sin esfuerzo hasta la calle pero no corrieron la misma suerte sus vecinos, muchos de ellos mayores, que quedaron presos en sus departamentos por la falta de ascensor. "Tuvimos que ayudar a una persona que vive en el décimo piso y viajaba hoy, a bajar con bolsos y valijas, quedamos todos con la lengua afuera", señaló.

Según se informó desde la EPE, algunos vecinos del macrocentro volvieron a tener luz a las 10, otros recién a las 15.30, pero hubo un grupo que se quedó sin energía hasta cerca de las cinco de la tarde, es decir, estuvieron casi 17 horas a oscuras.

En el suroeste, en tanto, la situación también fue complicada: la luz regresó a las 13 pero se volvió a cortar a las 17 y recién fue repuesta a las 18.15. Casi 14 horas de apagón.

La tarde también llegó con sorpresa para los vecinos de zona norte. A las 15.45, 12 subestaciones salieron de servicio y se quedaron sin energía 3 mil clientes (unas 12 mil personas). La EPE informó que este corte se repuso a las 17.

Los partes oficiales explicaron que los cortes se debieron a problemas en los cables de media tensión aéreos y subterráneos. Es más, Paserini detalló que se produjeron "dobles fallas; hubo inconvenientes en la punta de un cable y cuando lo arreglamos salió de servicio el otro extremo, por eso en algunas zonas volvió la luz un par de horas y después se volvió a cortar", indicó.

A esa altura, la bronca de los usuarios era imparable. "Qué vamos a reclamar si descuelgan el teléfono", dijo con indignación Salvador, quien tiene una heladería desde hace 28 años en Buenos Aires al 1400. El hombre comentó que sufre cortes todos los veranos pero ninguno tan largo como el de ayer. "Vamos a tirar todo lo que es mercadería envasada y el resto estamos tratando de preservarlo con hielo seco. No sé qué va a pasar hoy ni mañana", se lamentó.

Mientras tanto, en la oficina del Instituto Autárquico Provincial de Obra Social (Iapos) carteles escritos a mano anunciaron que no se trabajaba por falta de luz. "¿Cómo no hay nadie ni siquiera para atender las urgencias?", preguntó angustiada Viviana, una maestra de Reconquista quien debía autorizar una biopsia, antes de retornar a su hogar.

Lo cierto es que el calvario podría regresar. "Esto no tiene nada que ver con que el cableado sea viejo o nuevo, con estas temperaturas, fallan todos", explicó Paserini.

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El dueño de una heladería (Buenos Aires al 1400) usó hielo seco como refrigerante.

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