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 miércoles, 21 de enero de 2004

La importancia de que mamá esté muy cerca

María Laura Favarel / La Capital

Las madres de los recién nacidos internados en la sala de Neonatología del Hospital Eva Perón, de Granadero Baigorria, pueden estar junto a sus bebés gracias a que desde hace varios años se alojan dentro de la misma institución. La idea surgió desde los Servicios de Asistencia Social y Neonatología, a cargo de Graciela Bonsembiante y Liliana Ramírez, con el convencimiento de que lo mejor para los bebés internados era tener cerca a su mamá, recibir sus caricias y alimentarse de la leche materna. La residencia para madres se basó en una experiencia similar del Hospital Sardá, de Buenos Aires (ver aparte).

Antes de que el ámbito donde alojar a las madres fuese realidad, las mamás podían entrar sólo una vez al día a la sala. Cuando comenzó a rodar el proyecto, la sala de neonatología cambió los horarios y permitió a las mamás entrar cuantas veces quisieran. Esto les permitió permanecer junto a sus bebés mientras estaban internados y colaborar en la recuperación.

Pero allí surgió otro problema. Había que ofrecer una respuesta a las madres que vivían lejos y no podían costear los viajes para ir y venir al hospital. Con la colaboración de las voluntarias del hospital surgió la residencia para madres, un lugar donde alojarse mientras el bebé permanece internado, dentro del mismo nosocomio.

"Ideamos una decoración especial, distinta al resto del hospital, señaló Bonsembiante, coordinadora de la residencia para madres. Quisimos hacer lo mejor posible para que aquello fuera como un hogar", recordó.

Aquellos que recorren el hospital lo detectan de inmediato. Al llegar a esta zona cambia el color de las paredes. Alegres cortinas adornan las ventanas y los dibujos y fotos muestran las actividades de la residencia que aloja a 12 madres, distribuidas en dos habitaciones con ropero, baño, cocina, lavadero y sala de estar. Además del alojamiento, el hospital les ofrece los alimentos.

"Lo hicimos con la colaboración incondicional de las voluntarias. Más de 12 mujeres acompañan a las mamás durante el período de internación de sus hijos, les brindan contención y las ayudan en lo necesario. Además festejan los cumpleaños y se les enseñan labores y algunas aprenden a leer", comentó la trabajadora social.

La convivencia en el lugar crea lazos entre quienes viven la misma situación y mejora el vínculo con el personal de salud.


En la neonatología
La posibilidad de que las mamás estén cerca de sus bebés en el período de internación fue posible gracias a que la sala de 24 camas está dividida en tres sectores. Uno de ellos es la terapia intensiva neonatal, donde se internan los bebés en grave estado. Allí la entrada es más restrictiva. En los otros sectores, el bebé ya está en condiciones de estar más cerca de su madre, y ella puede entrar y salir sin horarios.

La cercanía mejora la recuperación del bebé. "Se observan ventajas objetivas como mayor velocidad en el crecimiento del niño", señaló Ramírez, jefa de la sala de neonatología. Los cambios se observan inmediatamente. "Les cambia el color de la cara y adquieren un rosado saludable", acotó la trabajadora social.

El personal de la sala debió adaptarse a la presencia de las madres. Sumado a la tarea del cuidado de los pequeños pacientes, enseñan a las mamás a administrar los medicamentos, a cambiarlos y hasta cómo tratarlos cuando están enfermos. Todo esto contribuye al fortalecimiento del vínculo madre-hijo.

La psicóloga del servicio, Celeste Ghilione, resaltó la importancia del contacto con la mamá en los bebés que deben permanecer mucho tiempo internados. "Se relaciona de otra forma con su hijo. La situación difiere cuando el vínculo con su hijo se inicia en el momento del alta médica, sin que medien contactos previos. Para esa mujer el niño es un desconocido. No sabe reconocer sus necesidades, darle la medicación, cambiarlo o bañarlo", señaló.

"Los niños necesitan del contacto piel a piel con la mamá y un cuidado ligado al afecto y a la posibilidad de poder hablarles", explicó la psicóloga. De esta manera los padres toman con mayor responsabilidad la salud de su hijo y esto "cambia los resultados, porque comprenden qué le pasa a su hijo", agregó.

Desde el año pasado se incorporó la visita de abuelos a la sala de neonatología una vez por semana, y evalúan el ingreso de hermanos con el objeto de consolidar lazos familiares.

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En la residencia del Hospital Eva Perón hospedan madres.

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