| miércoles, 21 de enero de 2004 | A las trompadas El rosarino Miguel Martínez relató que desde que pasa sus vacaciones en el sur de Brasil hace cuatro años esta fue la primera vez que sintió un clima de violencia. Según aseguró, había peleas todas las noches, y una la sufrió en carne propia en Ferrugem (ver pág. 14). En Camboriú le tocó asistir a una batahola callejera donde la policía intervino y pateó sin contemplaciones a uno de los muchachos, y a otra en un boliche, mientras que en Itapema en un bailable vio cuando a un argentino le rompieron una ceja de un botellazo y después otro grupo se agarró a trompadas. También en Poca da Praia vivió otra pelea entre dos bandas en un barcito. "Antes todo era tranquilo pero ahora no", aseguró, y agregó que la mayor parte de las peleas eran entre argentinos, la mayoría muy borrachos, y por temas como el fútbol. enviar nota por e-mail | | |