| miércoles, 21 de enero de 2004 | Pasión por los contrastes sociales y culturales James Ivory escaló hasta los primeros puestos entre los directores estadounidenses por su cuidadoso tratamiento de la psicología de los personajes y la excelente descripción de ambientes de época, al tiempo que demostró un interés singular por los filmes donde se ofrece un contraste de culturas e idiosincrasias. Así lo demostró a partir de "Oriente y Occidente" (1983), a la cual le siguieron "Una habitación con vistas" (1986) que obtuvo un premio Bafta, "Esclavos de Nueva York" (1989), "La mansión Howard" (1992), "Lo que queda del día" (1993), "Jefferson in Paris" (1994) y "Sobreviviendo a Picasso" (1996). enviar nota por e-mail | | |