La número dos del FMI había reivindicado las políticas de Menem

Kirchner responsabilizó a Krueger por la "gran deuda" que tuvo la Argentina

"Trata de justificar ahora lo dañinas que fueron para el país las medidas de los 90", dijo el presidente

El presidente Néstor Kirchner volvió a polemizar ayer con la cúpula del FMI, en este caso con la número dos del organismo, Anne Krueger, a quien responsabilizó por "el gran endeudamiento que tuvo la Argentina", y lo hizo horas antes de que se designe a los bancos que negociarán la deuda en default.

Kirchner apuntó contra la funcionaria del Fondo al recordarle que esta institución fue entusiasta impulsor de políticas ortodoxas que, a su entender, precipitaron la crisis económica de la Argentina.

"Ella trata de justificar ahora lo dañinas que fueron para el país esas políticas", disparó Kirchner durante una conferencia de prensa que ofreció en Río Gallegos.


Palabras cruzadas
Agregó que Krueger "fue la responsable directa de la implementación de las políticas del Fondo y es una de las responsables directas del gran endeudamiento que tuvo la Argentina", así como "haber alabado a los gobiernos de aquel momento".

Las expresiones de Kirchner rubricaron otras de similar tenor que había pronunciado poco antes el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y que trasuntaron el malestar del gobierno por los elogios de Krueger a las políticas aplicadas en materia económica durante los 90, con la vigencia del Plan de Convertibilidad.

Según Fernández, esas políticas, implementadas básicamente durante la gestión menemista, "permitieron un endeudamiento del país a tontas y locas", por lo que le reclamó al FMI que explique "por qué lo hicieron".

En ese sentido, coincidió con Kirchner en que el elogio a las prácticas económicas de los 90 son "una forma de justificar" la postura adoptada por el organismo multilateral de crédito durante ese período.

Así, en bloque, la plana mayor del gobierno respondió a Krueger, quien destacó los "significativos progresos económicos" que experimentó en aquellos años y reiteró críticas hacia el gasto en las provincias. El FMI aspira a que Argentina pague sumas mayores a los tenedores de bonos, por encima incluso del tres por ciento de superávit fiscal acordado a finales del año pasado, luego de que estos se quejaran de la condición de "acreedor privilegiado" que ostenta el organismo.

Lo que irritó al gobierno fue una frase pronunciada por Krueger durante una conferencia en Nueva Delhi, India, reproducida por un documento del FMI en Washington: "A veces se olvida que, en los 90, Argentina hizo significativos progresos económicos en un amplio abanico de asuntos".

El cruce con la número dos del FMI se produjo unos días antes de que el gobierno designe a los bancos que "colaborarán en la renegociación" de la deuda pública argentina, estimada en más de 90 mil millones de dólares.

El jefe de Gabinete expresó que "en los próximos días" el gobierno designará al grupo de bancos que tendrá como misión colaborar en la reestructuración.


La hora de los gestos
Se trata de un gesto para el staff del FMI, que transmitió su preocupación al gobierno argentino por las demoras en las negociaciones con los tenedores de bonos y la postura rígida de insistir con una quita de 75 por ciento en el valor nominal de los títulos.

Esta semana, el secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen, tiene previsto dar a conocer el listado de entidades financieras que intervendrán en el proceso de renegociación de la deuda defaulteada desde finales de 2001, decretada por el ex presidente Adolfo Rodríguez Saá y aplaudida de pie por el Congreso.

Kirchner afirmó ayer que si se confirma la invitación, asistirá a la reunión que se realizará en febrero en la ciudad venezolana de Puerto Ordaz con el presidente de ese país Hugo Chávez y de Brasil, Lula Da Silva, y señaló que irá a Cuba cuando "esté lista la agenda con el gobierno cubano. Visitaré la isla como visito cualquier país en el mundo", dijo el jefe del Estado.

El mandatario permanecerá descansando durante el fin de semana en la ciudad de Santa Cruz junto a su familia, mientras delinea la agenda para los próximos días.

Kirchner tiene una relación amigable con Köhler, pero pésima con Krueger.