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 domingo, 18 de enero de 2004

Píldora milagrosa. En Rosario se compra cinco veces más que cuando apareció
Ahora los jóvenes usan el Viagra para mejorar su rendimiento sexual
La pastilla celeste creada para combatir la disfunción eréctil ya se está vendiendo sin receta y fraccionada

Laura Vilche y Pablo R. Procopio / La Capital

"Espectacular. Lo probé por primera vez hace dos meses y me va rebien en la cama, ahora lo uso siempre". El testimonio de Martín (casado, 29 años) sirve para ejemplificar el auge del Viagra en Rosario. El consumo de la pastillita celeste creció cinco veces desde su aparición en la ciudad, en el 98. Y su buena fama no sólo se cosechó entre los hombres adultos que orillan la tercera edad, sino también entre los jóvenes que ven en el sildenafil (la droga madre) la oportunidad de incrementar al máximo su rendimiento sexual. Las estadísticas aseguran que hoy el Viagra se vende en el mundo como la aspirina: un comprimido cada 9 segundos. En Rosario ya se comercializa sin receta y fraccionado. Y no todos los que lo compran tienen problemas de erección. Algunos lo toman por deporte, para aumentar su performance.

Si bien este fármaco fue creado para contrarrestar la impotencia sexual o disfunción eréctil (enfermedad que padecen más de dos millones de hombres mayores de 45 años en la Argentina), su consumo se popularizó entre personas que no tienen esa patología. "Los jóvenes no la usan por necesidad, sino para sentirse como Superman", contó un farmacéutico a La Capital.

La droga llegó a Rosario en julio de 1998. Al principio era vendida con receta archivada y la demanda era mínima: unas 200 cajas al mes (según los cálculos de dos de las más grandes droguerías rosarinas). Pero el consumo cambió y hasta se quintuplicó.

Si bien todavía existe cierto pudor en los compradores, el pedido del medicamento es frecuente y, con el tiempo, aparecieron más laboratorios que lo producen, incluso a un precio mucho más bajo que las primeras marcas aparecidas en el mercado local.

En la actualidad, el Viagra se conoce en Rosario con unos 20 nombres comerciales diferentes, cada uno elaborado por una fábrica distinta (ver infografía). Algunas de las denominaciones son absolutamente sugerentes: Erectol, Virilon, Viripotens, Firmel, Activil y Magnus. Las presentaciones son variadas. Hay de 25, 50 y 100 miligramos en cajas de 2, 4, 6, 10 y 20 comprimidos. La mayoría de los consumidores pide las de dos por 50.

Desde una farmacia céntrica, Alejandro comentó: "Calculo que la venta subió un 35 por ciento en el último año". El empleado dijo que si bien la mayor demanda se da entre hombres mayores de 40 años, suelen adquirir la píldora chicos de 20 que a veces solicitan que se las expendan de a una. Y en rigor, a pesar de que la presentación más pequeña es dos comprimidos, existen comercios que los fraccionan y que los comercializan sin receta. Para muestra basta un botón: "La consigo por 3 pesos sin problemas y ningún papel", reveló Martín.

Las disposiciones del Colegio de Farmacéuticos obligan a vender el producto con receta, pero en la práctica el mercado está liberado. El motivo obedece evidentemente al aumento de la demanda.

"Te la piden como si fuera aspirina", dijo otro farmacéutico. "Nos damos cuenta fácilmente cuando nos entregan una prescripción adulterada -agregó- y también cuando los chicos se la piden al médico amigo. Es raro que un dermatólogo te recete Viagra, cuando lo debería hacer un médico de cabecera, un cardiólogo o un sexólogo", dijo.

El boom también llevó a que muchos consumidores la compren para revenderla. Esta situación produjo que actualmente se la pueda conseguir bajo cuerda en el ambiente de los boliches y bares, donde los jóvenes la requieren para mejorar su rendimiento sexual ante la posibilidad de "quedar bien con un levante", aseguró Fernando (28).

Ricardo es enfermero y se atrevió a deschabar que "varios visitadores médicos comercializan y regalan muestras gratis a los pibes que, si están borrachos, se desesperan por conseguir una azulita (en la jerga juvenil) para alcanzar una buena erección". Más distendido, se animó también a confesar una experiencia propia. "Una vez mi chica me preguntó qué dieta estaba haciendo porque me notó como una fiera, aunque debo admitir que sentía que me ardían las mejillas y el corazón me iba a mil", relató.


Tabúes, mentiras y mujeres
Si bien la adquisición del producto parece ser hoy en día moneda corriente, aún hay ciertos tabúes. Según Marcelo, empleado de una farmacia céntrica, "los compradores siempre eligen farmacéuticos varones y evitan contar demasiado sobre las bondades del producto". Aunque aseguró que los que más se animan a develar sus intimidades son algunos abuelos. "Están chochos, dicen que es como volver a vivir", señaló.

Otra de las cuestiones que suelen ocurrir es que "mucha gente va a comprar el Viagra a comercios donde no es cliente", como para no dejar demasiados rastros. Además, algunos hombres tienen una actitud sugestiva: apenas acceden al producto, tiran la caja y la factura. Es que, se sabe, el uso del parapitol (como irónicamente lo llaman en el ambiente de los medicamentos) suele estar vinculado con las aventuras amorosas. Tan así es que pocas veces se utilizan cuentas corrientes o tarjetas para la adquisición del Viagra. Prevalecen las ventas al contado.

De todos modos, esto no quita que las mujeres también hayan empezado a comprar la pastilla. Lo hacen para su pareja y también para ellas mismas, según aseguró una farmacéutica del microcentro, quien sostuvo además que tiene dos clientas fijas de más de 30 años.

Los especialistas sostienen que la aparición del Viagra en los 90 fue una nueva revolución sexual, después de la píldora anticonceptiva y de los estudios que hicieron Master y Johnson en los 60.

Al comienzo de su presentación en sociedad muchos le temieron y hasta se denunciaron cientos de muertes en todo el mundo que, según los médicos, tuvieron relación con problemas cardiovasculares. Pero su éxito superó las malas noticias: hoy se vende tres veces más que cuando apareció hace cinco años.


Las más baratas
Un sondeo de La Capital por varias farmacias demostró que las marcas de más bajo precio marchan al tope de las ventas. Entre ellas, el Firmel, que cuesta entre 5 y 6 veces menos que el Lumix o el Sildefil, realizados por los laboratorios Bagó y Pfizer, poseedores de las licencias originales.

Desde el 1º de septiembre está en el mercado local la competencia del Viagra: el Cialis (cuya droga es el tadalafilo), que ya se vende en 40 países. Pero todavía no tiene demasiada salida. La presentación más común es la de un comprimido por 20 miligramos a 29,90 pesos. Las diferencias con respecto a los ya conocidos son varias, pero la más importante es que el efecto dura unas 36 horas. El hombre dispone entonces de más tiempo (un día y medio) para elegir cuándo y cuántas veces tener relaciones sexuales. Por eso la llaman "la píldora del fin de semana". Puede provocar varias erecciones en ese lapso.

Más allá del menú, los especialistas en sexualidad sostienen que las píldoras no son la solución a los problemas de las parejas al momento de intimar. Para ellos, las relaciones sexuales son complejas, están atravesadas por problemas sociales y psíquicos que no se curan con una pastilla, a pesar de que cada vez más los varones digan que el Viagra "es el paraíso mismo".



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