| sábado, 17 de enero de 2004 | Emiliano Papa y Paulo Ferrari, los correcaminos Los jugadores hablaron de sus presentes consolidados y el próximo debut copero Mauricio Tallone / La Capital Emiliano Papa y Paulo Ferrari todavía paladean la minucia de la ducha sin reloj que se dieron tras la primera práctica de fútbol que cumplió el plantel canalla en Tandil. Se nota que además de compartir la habitación 212 del encierro serrano, el Loncho y el Oreja disfrutan a pleno del ritual de la amistad como si el tiempo estuviera detenido en la estación de los sueños, en aquellos andenes de ilusión que frecuentaban en las inferiores de Central.
La cita con Ovacion estaba pautada pasadas las 19 y el primero en bajar al hall de la hostería fue Papa. Un vistazo póstumo al pizarrón para chequear la actividad del día siguiente y un sorbo de jugo frutal para acompañar la espera, fueron los únicos movimientos que no hicieron en paralelo antes de soltar la lengua para contar sus sensaciones de cara al año que comienza.
Igualmente el retraso del Loncho, justificado por cierto, hizo más evidente los rasgos cotidianos que le dieron vida a dos pibes queribles desde el mismo instante en que debutaron en la primera canalla: el saludo amable, el autógrafo fácil y la declaración vedada de altisonancia. Un sello de discreción que contrasta considerablemente con la estatura que adquieren cuando pisan la cancha y se reciben de correcaminos.
"Cada partido que pasa siento que regulo más mi juego y que ya no cometo el error de subir por mi sector sin sentido", rompió el hielo de la conversación el Loncho, quizás haciendo valer su mayor apego al diálogo periodístico. Y enseguida metió un cambio de frente para hacer conocer su principal anhelo para esta temporada.
"Para aquellos jugadores que nacimos en el club y que de a poco nos fuimos haciendo un lugar en la primera de Central, tener la chance de jugar la Libertadores es el mejor regalo que nos podemos hacer. Primero quería debutar, después lograr la continuidad que necesita todo jugador y ahora ser parte de un plantel que va a jugar un torneo tan importante como la Libertadores", resumió el lateral derecho del equipo de Russo.
Papa espera que el grabador se pose cerca de su mentón para meter un bocadillo y pegarse a la iniciativa de Ferrari. "La verdad, yo veía bastante lejano hace unos años, cuando me tocó debutar en primera, que en algún momento iba a jugar una Libertadores. Pero es cierto aquello que dicen que en la vida todo te llega. Bueno, a nosotros nos llegó esto de la Copa y es bienvenido". La seguridad con que el pibe oriundo de Acebal blanqueó sus expectativas empujaron al Loncho a trazar el recorrido del equipo a partir del 5 de febrero contra Olimpia, en Asunción.
"Central no va a entrar a la Copa para ver qué pasa. Tampoco tengo la certeza de que vamos a llegar a la final ni que saldremos campeones. Pero nuestra idea es pasar la primera fase y después ir viendo cómo pinta el panorama. Pero si algunos piensan que vamos a jugar la Copa para ver qué pasa, se equivocan", redobló la apuesta Ferrari.
"Además, ya en la primera fase te das cuenta del nivel de los equipos y de la copa. Si pasás esa ronda, después son todos partidos ida y vuelta y es otra historia", completó Papa, la idea que había dejado picando Ferrari cuando arrancó con el tema.
Precisamente, el debut copero es el mejor punto de coincidencia para ver en Olimpia al rival más capaz de dar un buen dolor de cabeza en el grupo.
"Olimpia será una buena medida para saber dónde estamos posicionados para encarar la Copa. Es un equipo típico paraguayo, de gente alta y que te tira muchos centros. Sacando un buen resultado en ese partido, vamos a llegar con el ánimo bien arriba a los demás compromisos", fue la definición que entregó Ferrari.
"La ventaja que nos sacan los paraguayos es que ellos participan bastante seguido de la Libertadores y entonces tienen más experiencia. Pero igualmente Central está bien, armadito y con unas ganas bárbaras de aprovechar esta oportunidad a nivel internacional", fue la continuación que facilitó Papa.
Ya entrando en el esquema funcional pergeñado a fuego lento por Russo, los dos aventuran que sus trepadas por los andariveles serán reiteradas pero en algún momento también usarán el freno de mano.
"Tal vez nosotros tengamos que aprender a adaptarnos a jugar de otra manera, si bien en el torneo local la apuesta con tres enganches, Vitamina, Messera y Ezequiel, nos dio mucho resultado. En la Copa ellos van a tener menos espacios para manejar la pelota y ahí es donde tenemos que aprovechar otras variantes. Una puede ser, por ejemplo, la subida de Emi (por Papa)", sugirió Ferrari, como si conociera al dedillo lo que está carburando la cabeza de Russo con relación al armado del equipo.
El Oreja lo miró entendiendo muy bien el fardo que le tiró su compañero de pieza (también están con el pibe Fernando Vitti) y dejando en el olvido su conocida aversión a las respuestas de tonos altos, se hizo cargo de su parte.
"Es cierto, en la Copa se presumen partidos bastante cerrados y si me toca jugar de volante por izquierda, la función es aparecer por sorpresa y desprenderse sin marcas. Esto que digo no quita que también me sienta cómodo si el técnico decide que juegue de lateral. De hecho en la temporada pasada lo hice sin problemas, más allá de que soy consciente de que en algún momento fui discutido". Solito y sin que nadie reincidiera en el tema que alguna vez lo empujó a convivir con los silbidos, Papa entró como por un tubo en aquellos meses barnizados por los recuerdos ingratos.
"En el fútbol con trabajo y dedicación todo se puede. Esa situación tan particular que me tocó vivir con los hinchas, que cuando apenas pisaba la cancha ya me silbaban, me sirvió para revisar un montón de cosas que seguramente estaba haciendo mal. Por suerte las pude superar. Hoy tengo el respaldo y la tranquilidad que me da técnico y sé que si me equivoco forma parte de los riesgos de esta profesión", se tomó con soda, el ahora casi indiscutido lateral-volante izquierdo canalla.
"Mi juego seguramente también va a cambiar en los partidos por la Copa. Ya no voy a pasar tanto como lo hago habitualmente en el Gigante, tendré que dosificar para que lo mío se transforme en sorpresa y aprovechar los descuidos del rival", el Loncho también cayó sin que nadie le dijera nada en la trampa del reconocimiento de errores.
Ferrari-Papa, la fórmula que persigue Russo para tomar por asalto los partidos de la Copa Libertadores cuando la coyuntura del juego implique ir por los costados. enviar nota por e-mail | | Fotos | | Ferrari y Papa por las calles de Tandil. | | |