| miércoles, 14 de enero de 2004 | "Oculta nada menos que el nombre de quien se la llevó" Para el abogado de una parte de la acusación, Telleldín tiene más miedo a dar el dato que al veredicto El abogado Pablo Jacoby sostuvo ayer en su alegato que Telleldín "sigue ocultando nada más y nada menos que el nombre de la persona que se llevó" la Renault Trafic y "tiene más temor a informar ese dato que al veredicto que este tribunal pueda darle". Y reclamó que Ana Boragni, pareja de Telleldín, y el mecánico Claudio Guillermo Cotoras sean investigados por su vinculación con el atentado contra la mutual judía.
Jacoby se explayó durante cuatro horas para responsabilizar a Telleldín por la masacre y considerar inocentes de este delito al ex comisario Juan José Ribelli, los ex subcomisarios Anastasio Leal y Raúl Ibarra, y el oficial Mario Bareiro, quienes también están procesados como partícipes necesarios de la masacre.
Más allá de las imputaciones por "corrupción, secuestro y gatillo fácil" que salpican a las policías Federal y Bonaerense, Jacoby entendió que en el atentado los uniformados detenidos no tuvieron injerencia y afirmó que Telleldín, "que era extorsionado por las brigadas de Vicente López y Lanús", se vengó ellas acusándolas de haberse llevado la camioneta-bomba dos años después de haber sido detenido.
"A partir de los 400 mil dólares" que el juez federal Juan José Galeano le pagó para que hiciera esa ampliación de declaración, Telleldín pretendió "convertirse en una prueba clave" para el juzgado y tener una versión "exculpatoria" que le permitiera mejorar su situación procesal, dijo Jacoby.
Durante la audiencia, Telleldín siguió atentamente la lluvia de criticas en su contra pero -según confiaron sus defensores- se mantuvo "tranquilo" porque "ya sabía lo que se venía".
Jacoby empezó su acusación -que leyó durante la mayor parte del tiempo- con la frase del fiscal alemán que llevó adelante el juicio al nazi Adolf Eichmann: "No estamos solos en este alegato, nos acompañan todos nuestros muertos".
"Tengo por acreditado -dijo Jacoby- que Telleldín adquirió el 4 de julio de 1994 la camioneta (Renault) Trafic" en la concesionaria de Alejandro Monjo, "siniestramente conectado con la Policía Federal".
"Luego la trasladó al taller de Cotoras, donde se le retiró el motor" y se lo instaló en la camioneta que fue "acondicionada" para soportar los 300 kilos de amonal y los 4 kilos de TNT que luego volaron la sede de Pasteur 633 el 18 de julio de 1994.
Para Memoria Activa, Telleldín sabía que la camioneta iba a utilizarse en una explosión que podía provocar los muertos que causó, aunque "no sabía" que "el destino final era la Amia" porque -señaló el abogado- los terroristas acostumbran a trabajar con "células" y "ninguna de ellas sabe lo que está haciendo la otra", para evitar que el plan fracase.
"Telleldín encubre el verdadero lugar en que se armó la Trafic para evitar que la Justicia reconstruya el camino y beneficiar así a los que realmente se llevaron la camioneta -dijo Jacoby-. Esta vez no era una estafa más, por eso hablaba de más, por eso inventó lo del boleto de compraventa, por eso publicó el aviso de la camioneta en el diario". (DyN) enviar nota por e-mail | | |