| miércoles, 14 de enero de 2004 | El control de todos los detalles Tras alcanzar la fama repentinamente con "El Mariachi", que estaba concebido como un videohome más, Robert Rodriguez logró algo que muchos cineastas anhelan pero que muy pocos consiguen: la posibilidad de controlar todos los aspectos de sus películas sin la interferencia de un productor. Esto no significa que Rodriguez elabore filmes sólo para el consumo de sus amigos, como sucede con otros directores que se preocupan exclusivamente por plasmar su visión, sino que se trata de obras abiertamente comerciales. "Del crepúsculo al amanecer", "Desesperado", las dos primeras partes de la saga de "Mini Espías" y "Erase una vez en México" están muy lejos de los delirios autistas de los que se preocupan ante todo por impresionar al jurado de los festivales de cine. enviar nota por e-mail | | |