| domingo, 11 de enero de 2004 | Instantánea Para Susana Valenti la propuesta de la Subscretaría de Cultura de la Provincia de coordinar el taller en una unidad carcelaria fue todo un desafío. Era un terreno virgen el ver que pasaba cuando se sale del circuito tradicional de la poesía hacia un lugar marginal. Y los resultados quedaron no sólo plasmados en las dos antologías que publicaron, sino por ejemplo, en aquellos casos que, obtenida la libertad, los talleristas siguieron escribiendo y buscando otros espacios para continuar haciéndolo.
La experiencia comenzó en 2001 y el año pasado participaron 25 internos. Ansiosos y entusiasmados esperaban los miércoles por la mañana para dar rienda suelta a su creatividad. "El resultado es fruto de un trabajo disciplinado y de exigencia. Porque se corrige mucho. Ellos tienen una gran perpeción para comprender la poesía", indicó la coordinadora.
El corolario de este trabajo de continuidad fue la presentación que se hizo en la sala Lavardén de Rosario el pasado 27 de noviembre. Aún cuando los internos llegaron y se fueron esposados, el clima que se vivió fue de libertad y de mucha emoción. Estuvieron las familias, otros poetas, autoridades y la presentación permitió, entre otras cosas, que uno de los internos pudiera conocer a su nieto.
"La poesía salta lo meramente poético. Esta experiencia pasa por lo humano, les devuelve la identidad", comentó Valenti quien agrega que tiene como proyecto para el 2004 intentar hacer un taller con hombres y mujeres detenidas, si desde lo ámbito oficial le autorizan la propuesta. La publicación fue costeada en parte con las ventas de la anterior que fue denominada "Entre la oscuridad y la valenti-a", en honor a su coordinadora. enviar nota por e-mail | | |