| domingo, 11 de enero de 2004 | Contaminación acústica: Niveles de tolerancia El ruido es un contaminante tan frecuente que muchas veces pasa inadvertido, a pesar de que puede causar graves perjuicios en la salud. En general, un nivel de ruido entre 40 y 45 decibeles ya se considera desagradable. Si son 55 hay que forzar la voz y si llega a 65 hay que gritar.
El nivel de tolerancia del oído humano está en 125-130 decibeles (el despegue de un avión). A partir de esas cifras, se siente dolor. Sin embargo, estar expuesto a niveles algo más bajos -de 85 a 100 decibeles, como una moto o una discoteca- de forma continuada puede causar pérdida de la audición. En muchas ocasiones las lesiones se producen de forma imperceptible, gradualmente y sin dolor, pero a menudo son irreversibles.
Además, estar expuesto en forma continua a ruidos intensos puede producir alteraciones hormonales, cardiovasculares y psicológicas. La contaminación acústica genera desniveles en la segregación de determinadas hormonas, que pueden producir un estado depresivo, irritabilidad, ansiedad e insomnio.
A lo largo del día recibimos el impacto de diversas fuentes de ruido. Algunas de las más frecuentes son: (medidas en decibeles).
* Cañería: 30-40
* Cepillo dental eléctrico: 40
* Heladera: 40-60
* Lustraspiradora: 75-90
* Lavarropa: 45-75
* Teléfono móvil: 55
* Despertador: 60
* Batidora: 60-85
Sonidos agradables Elegir los electrodomésticos más silenciosos, regular el volumen del televisor, la radio o la música que se escucha en casa o revisar las cañerías y las cisternas, son detalles que pueden mejorar la calidad de vida. Otra opción es tomar distancia.
Los parques son un lugar magnífico para escapar del ruido. Los fines de semana es aconsejable salir de la ciudad y escuchar sonidos agradables. enviar nota por e-mail | | |